Como Dios quiera

 

El Sínodo de obispos acerca del discernimiento vocacional y de la pastoral de santidad para los jóvenes, que se está celebrando en Roma en estas semanas, ha recordado, una vez más, que la juventud es la esperanza de la Iglesia, como lo ha venido siendo en siglos anteriores y como lo será, Dios mediante, en el futuro.

Gracias al empuje del Espíritu Santo, a la vitalidad del Evangelio y, también, a la generosidad de muchos jóvenes cristianos, a lo largo de la historia, Dios ha ido extendiendo su Iglesia y la ha ido renovando y rejuveneciendo en el mundo entero.

Precisamente, como un ejemplo de esa eterna vitalidad de la Iglesia, en estos días acaba de publicarse la primera extensa semblanza de Monseñor Ignacio Orbegozo y Goicoechea (1923-1998), que fue el primer Prelado de la Prelatura creada por la Santa Sede en Yauyos, en el Perú, encomendada al Opus Dei, y, después desde 1964, obispo prelado de Cañete (243).

Mons. Orbegozo fue enviado a las montañas peruanas por San Josemaría Escrivá de Balaguer a finales de los años cincuenta y falleció con fama de santidad en aquellas tierras, cuarenta años después, habiendo dejado frutos incontables y, sobre todo, muchas almas de peruanos con una sólida formación humana y cristiana (131).

Es muy conmovedor y aleccionador releer las anécdotas escritas en este magnífico libro redactado por el periodista peruano, Federico Prieto Celi, que ha ejercido el periodismo durante muchos años en su tierra y que conoció a Orbegozo. El repaso de la infancia, juventud, primeros estudios de Mons. Orbegozo, y, sobre todo, como se produjo el impacto de la llamada de Dios al Opus Dei en la madrileña residencia de la calle Jenner cuando conoció a su Fundador, san Josemaría, Escrivá de Balaguer quien le animó a hacer siempre con su vida “como Dios quiera” (24).

Páginas más adelante es Monseñor Orbegozo quien de modo natural, después de explicar su vida como médico cirujano, como sacerdote y, después como obispo en Perú podrá afirmar que había sido siempre feliz al vivir como Dios quería. La llegada al Perú y la vida apostólica en aquellas tierras, ocuparán la mayor parte del libro, como ocuparon la mayor parte de sus afanes e ilusiones: tareas de catequesis, de administración de los sacramentos, el seminario mayor y menor de la Prelatura, las primeras vocaciones sacerdotales, religiosas y el incontable esfuerzo por poner en marcha escuelas, dispensarios o la Universidad de Piura (207) y la de Santo Toribio de Mogrovejo (295).

José Carlos Martín de la Hoz

Federico Prieto Celi, Don Ignacio. Por las montañas a las estrellas. Semblanza de monseñor Ignacio María de Orbegozo y Goicoechea, pionero de la nueva evangelización, ed. Palabra, Madrid 2018, 412 pp.