En el trascurso de la guerra civil española (1936-1939) y durante unos meses, un grupo de personas del Opus Dei convivieron con el Fundador en la sede de la Legación de Honduras en el paseo de la castellana de Madrid, como unos refugiados más entre los miles que lograron salvar sus vidas de ese modo.
En aquellos días san Josemaría, en la pequeña habitación que ocupaban, les dirigía la oración en voz alta, con unas sencillas platicas que fortalecieron sus almas y sus espíritus en aquellos días de dura prueba (pp. 209-217). Años después, esas meditaciones se editaron con un título muy significativo: “crecer para adentro” recordando aquel punto de Camino, la obra de san Josemaría, donde se afirmaba que cuando cae la nevada las plantas creen para adentro (Cfr. Camino n. 294).
La obra del Profesor e investigador González Gullón que ahora reseñamos es, en cierto modo, continuación de la anterior, en la que narraba la vida de los comienzos del Opus Dei y en concreto de la Academia Residencia DYA, que puso en marcha san Josemaría en 1934.
A la vez, se trata de otra investigación muy distinta, pues muestra las vidas de aquellas personas normales, muchos de ellos estudiantes, en tiempo de una persecución religiosa (39), que se prolongará mucho más del mes, que era lo que pensaron ellos y tantos otros que duraría el conflicto armado (49).
En efecto, la trama de este nuevo trabajo consiste en la narración de la vida y de las peripecias del Fundador y de los primeros fieles del Opus Dei, desde julio de 1936 hasta 1939, y, sustancialmente, en las ciudades como Madrid, Valencia, Barcelona, Cartagena, y Daimiel. Todos ellos debían permanecer escondidos, pues se trataba de zonas dominadas por el gobierno de la República donde no se podía vivir la fe cristiana públicamente y, en muchas temporadas, estaba expresamente prohibido.
El libro está muy bien documentado y desarrollado desde el punto de vista de la historia civil, militar, política y religiosa. Cuenta con un buen aparato bibliográfico y documental, así como con una escogida documentación de Archivo, en muchos casos inédita, que servirá también de aportación para que otros investigadores de este período de nuestra historia encuentren nuevos documentos e interpretaciones.
Es este un trabajo donde comprobar de modo palpable la acción de la providencia divina y cómo la gracia de Dios actuó para que aquellos jóvenes no perdieran el rumbo de su vocación, para superar las persecuciones y dificultades, la muerte de alguno de ellos y, en general, los diversos avatares de cada uno constituirán el nervio de la narración.
La pregunta que aletea a lo largo del trabajo es porqué Dios permitió una prueba tan descomunal sobre un Opus Dei tan pequeño y frágil en esos momentos. Quizás un texto del diario de la Residencia DYA del 19 de julio de 1936, lo expresa con acierto: “si Dios ha querido empezar su Obra en estas condiciones ambientales, Él sabe mejor que nosotros lo que hace y no vamos a perder la serenidad con preocupaciones que quitarían intensidad de esfuerzo a nuestros trabajos en la Obra” (29).
Este libro, en cierto modo, ayuda a entender cómo el Fundador del Opus Dei y aquellos que le seguían entonces, con la ayuda de Dios, salvaron la vida, crecieron para adentro y maduraron en el ejercicio heroico de las virtudes cristianas, de modo que esto explicaría que, en los primeros años después de la guerra, en los años cuarenta, se produjese por don de Dios, una gran expansión del Opus Dei, por España y el mundo.
Es interesante, por tanto, leer este trabajo con detenimiento, para ver cómo aquellos cristianos se jugaron la vida por Jesucristo, con la serenidad que expresa uno de ellos en su diario del 27 de febrero, al regresar a su casa contento, por la noche en Madrid en guerra: “Es porque ha sido un día de vida más de la Obra, aunque en apariencia no hemos hecho nada” (127).
José Carlos Martin de la Hoz
José Luis González Gullón, Escondidos. El Opus Dei en la zona republicana durante la Guerra Civil española (1936-1939), ed. Rialp, Madrid 2018, 468 pp.