En su último libro, José Ramón Ayllón nos muestra de nuevo su capacidad para sintetizar y divulgar de un modo atractivo y profundo a la vez. Lo he leído de un tirón. La historia de la Rosa Blanca, el grupo de jóvenes alemanes que se opuso a Hitler y lo pagaron con la vida, se ha ido conociendo con bastante detalle en los últimos años e incluso se ha llevado al cine.
En Sophie Scholl contra Hitler (Palabra), José Ramón se centra en la figura femenina del grupo, aunque nos habla también de los demás integrantes, como su hermano Hans, entre otros, y de cómo se fue forjando esa unión. Resulta muy interesante la influencia de los padres de Sophie, que, desde el primer momento, se oponen al nazismo, cuando los hijos se sienten deslumbrados por la propaganda y el ambiente que los rodea e incluso llegan a formar parte –voluntariamente o por obligación– de las Juventudes y de la Liga hitlerianas.
El atractivo dura poco, hasta que se dan cuenta de que la realidad y la propaganda no coinciden. Después habrá otras influencias decisivas que José Ramón Ayllón destaca justamente y que hasta ahora habían quedado más bien veladas. Me refiero al papel del catolicismo. La educación de Sophie y de sus hermanos es más bien calvinista, pero será Otl Aicher, católico, amigo de Werner, otro hermano de Sophie, quien les abrirá los ojos y los acercará a intelectuales que influirán progresivamente en su decisión de luchar abiertamente contra el nazismo (Haecker, Muth…). También será relevante el ejemplo de August von Galen, obispo de Munster, y de otras autoridades de la Iglesia Católica. De hecho, en el grupo hay católicos y conversos e incluso Sophie y Hans se estaba planteando la conversión cuando los apresan, juzgan y ejecutan.
Historia estremecedora y ejemplar que no dejará indiferente a ningún lector. Pero hay otro hecho que me ha llamado mucho la atención. Sophie, sus hermanos y otros integrantes de la Rosa Blanca, antes incluso de comenzar los estudios universitarios o en los primeros cursos, son lectores asiduos de autores como Sócrates, San Agustín, Pascal, Kierkegaard, Brentano, Heine, Novalis, Bernanos, Thomas Mann, Guardinia, etc., cuyas ideas refuerzan sus convicciones y los mueven a actuar. También se interesan por la pintura, el arte y son melómanos. Es inevitable preguntarse, ¿qué leen hoy en nuestro entorno los jóvenes que rondan los veinte años?
Luis Ramoneda
José Ramón Ayllón, Sophie Scholl contra Hitler. Palabra 2016