Economía y ética

 

En el interesante trabajo de conjunto del profesor Rodrigo Muñoz de Juana, de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, acerca de la Moral y la economía en la obra del ilustre doctor navarro Martín de Azpilcueta (1492-1586), se aborda con toda crudeza la necesidad de la profundización en los perfiles éticos del estudio de la economía del siglo XVI.

Precisamente, los grandes autores de la escolástica española del siglo XVI, como Francisco de Vitoria y Domingo de Soto que alumbraron grandes facetas de la vida teológica, también lo hicieron en el ámbito de la economía, la antropología y el derecho pues, como ha demostrado en profesor Muñoz de Juan, su influencia fue muy importante en los diversos órdenes de la vida: “Una Europa que vive el despertar de transformaciones decisivas que terminarán por dar origen a nuevas formas de organización económica y social”.

En efecto, las luces que aportaron los grandes autores de la Escuela de Salamanca iluminaron el quehacer intelectual y profesional de otros muchos discípulos y de otros autores de importantes tratados, como fueron las obras de Martin de Azpilcueta que impartió docencia en Salamanca, en Coímbra y en Roma, de Diego de Covarrubias que fue docente en Salamanca, Presidente de la Audiencia de Granada y Presidente del Consejo de Castilla y obispo de Segovia y Cuenca y de otros como Juan de Medina catedrático de la Universidad de Alcalá.

España fue en el siglo XVI un país privilegiado y, además, protagonista de los importantes cambios sociales de Europa, aunque solo sea por efecto de la colonia americana. Son muchos los factores que influyeron: “las entradas abundantes de metal y el crecimiento de la demanda de bienes destinados a abastecer el mercado laboral, dejaron sentir pronto sus efectos sobre los precios españoles. Estos fenómenos, junto con el desarrollo de las actividades bancarias, dieron lugar a crecientes movimientos de capitales y a una intensificación de la actividad crediticia y especulativa que presionaba sobre las reglas morales tradicionales acerca de la usura” (15).

Así pues, las obras de moral económica que se escribieron en el siglo XVI en España fueron muy importantes e iluminaron la vida de miles de mercaderes: “proporcionó al cristiano criterios para el análisis de su conducta y para la formación de su conciencia moral” (127).

El desarrollo económico del siglo XVI conllevó el riesgo de caer en la usuran (133) y para evitarlo, debieron recurrir a los criterios del Santo Tomás (144) y de Duns Escoto (147), que habían dado los criterios jurídicos, canónicos y morales necesarios, pero que requerían una ulterior profundización   todavía debían  para poder dinamizar la vida económica sin perder la finura de conciencia y contribuir al desarrollo social y económico de la república, pues como nos dice el autor: “la distribución de bienes legitimaba el lucro como retribución de los gastos, trabajos y riesgos (151).

José Carlos Martín de la Hoz

Rodrigo Muñoz de Juana, Moral y economía en la Obra de Martín de Azpilcueta, ediciones Eunsa, Pamplona 1998, 374 pp.