El amigo del desierto

 

Ambientada en la frontera entre la República Checa y Austria, en la ciudad de Brno, se sitúa la trama de una novela que versa sobre el silencio y en la que el sacerdote y escritor madrileño Pablo d’Ors (1963) vuelve a brillar tanto por la magnífica prosa con la que está escrita, cómo por la manera de llevar al lector a la necesidad del silencio de la oración y de la paz interior.

Se trata de una reedición de una de las obras que componen las diversas trilogías de uno de los autores más importantes de la prosa castellana del momento, que Galaxia Gutenberg, ha tenido el acierto de atender para poner al gran público en contacto con esa literatura llena de ideas, profunda y colmada.

Esta novela acerca del amigo del desierto, es realmente breve, escrita con sencillez y altura, con pocos personajes, ambientada en el corazón de Europa central, donde alude al desierto, a la asociación de amigos del desierto y desde ahí nos trasporta a ese mundo inmenso del silencio de los espacios profundos, donde el hombre puede meditar y saborear su vida, sin prisa por llegar a la meta final, pero recorrida siempre en compañía de Dios y de nuestros amigos.

La espiritualidad del desierto que plantea el autor está, lógicamente, abierta a personas de toda edad, clase y condición y para muchos que sean agnósticos o ateos, puede verdaderamente servirles como preámbulo para encontrar la paz interior, conocerse a sí mismos y abrir una puerta a la trascendencia, por la que Dios puede arrebatar esos corazones y colmarlos con el don de la fe y de su amistad, tal y como muestra el itinerario de “Biografía del silencio” la obra más conocida de nuestro autor que ya ha superado los 150.000 ejemplares.

El fondo de la cuestión sobre la que versa esta novela y, en general, la de la trilogía en la que está insertada, es la necesidad del hombre de la meditación; la sed del hombre de espiritualidad y de paz, acerca de lo cual se articula el movimiento al que dedica su vida el autor, auténtico misionero del ministerio del silencio y de la palabra, según nos confirma con su biografía. Así lo expresa a través del protagonista de la novela que ahora comentamos: “ya desde entonces iba tras ese silencio -único e inconfundible- en que resuena lo esencial” (31).

Es interesante y conmovedor comprobar, una vez más, la admiración y veneración que siente verdaderamente Pablo d’Ors por la figura y la obra del místico francés, el anacoreta Charles de Foucauld (1868-1916), quien verdaderamente evangelizó los desiertos del Magreb y, entre otras, las tribus tuareg con su oración, su cordial sonrisa y su vida de intimidad divina (77).  De hecho, a lo largo de esta novela se muestra realmente que el inspirador de ella y la trilogía correspondiente sigue siendo la lectura y meditación de las seis mil cartas que se conservan de él (32) y autentifican su amistad con el desierto: “El desierto es el lugar del mundo que Dios creó para sí, para su descanso. Por eso, quienes van al desierto entran en su territorio” (81, 115).

José Carlos Martín de la Hoz

Pablo d’Ors, El amigo del desierto, ediciones Galaxia Gutenberg, Barcelona 2019, 125 pp.