El dios de los ateos

 

El debate acerca de la existencia de Dios fue muy intenso en la cultura europea durante los siglos XVIII y XIX, para terminar desembocando en la extensión inusitada del indeferentismo religioso que se ha instalado en Occidente desde finales del siglo XX hasta nuestros días. El filósofo y educador Carlos A. Marmeleda, se detiene a estudiar Ias raíces filosóficas del problema desde Descartes hasta Karl Popper.

Como es sabido, desde Feuerbach en su libro la esencia del cristianismo, gran parte de la humanidad supone a Dios como un invento del hombre, por lo que se abandonan los argumentos contra la existencia de Dios, para tomar la inexistencia de Dios como un punto de partida (23). Pero el problema de Dios sigue siendo, al decir de Conelio Fabro "el problema esencial del hombre esencial" (25).

El autor nos recuerda que para el pensamiento cristiano: "se puede afirmar que Dios es y las criaturas son en la medida en que participan del Ser de aliis, de forma que cada una participa según diferentes, pero todas ellas lo hacen de una manera limitada" (28). Pero "En Hegel Dios (le concibe como ser, pero como realidad más vacía de todas por ser la más genérica, se la identifica con la nada) y la nada son lo mismo. Este es el “Dios que rechazaran los ateos como Marx, Nietzsche, Freud y sus seguidores; de hecho  Sartre escribirá El ser y la nada" (33). Así pues para Marmeleda: "El olvido filosófico del ser ha llevado al olvido de Dios en el individuo, y de este ha pasado a la sociedad a través de su ausencia en la cultura, en la educación, en los valores morales, en las decisiones con figurativas de las elecciones humanas"(43).

En este trabajo resulta de un gran interés en el repaso filosófico del problema del indeferentismo religioso. Ya los ateos no buscan fundamentar su creencia en la no existencia de Dios. Solo propagan su modo de vivir sin Dios: "ser ateo hoy ya no significa rechazar a Dios mediante argumentos, sino vivir sin Dios con absoluta normalidad" (51).

"El indiferentismo religioso al cerrarse de un modo practico a toda trascendencia hunde dl hombre en la más pura inminencia del ser" (69).

La última parte del libro dedicada a las Nueva evangelización, nos propone a los cristianos, en primer lugar coherencia y autenticidad: "Es posible que el mundo se haya alejado de Dios porque el cristianismo se ha alejado del mundo" (303). Hace falta presentar al mundo a Cristo de modo adecuado: la felicidad de los cristianos coherentes, llenos de alegría, coherencia y la felicidad de su integridad moral.

En segundo lugar buscar puentes de unión: libertad, tolerancia, alegría, solidaridad, veracidad, honradez. En Cristo se dan todos los bienes en grado sumo, vive y te ama.

En tercer lugar superar prejuicios. Relaciones fe y razón, explicar la lucha ascética y los errores históricos. Por tanto, humildad y paciencia, pero también creatividad o sea mostrar la felicidad de la integridad moral: "Cabe tener presente que el hombre actual, el incrédulo indiferente el posmoderno es hombre, y como tal tiene una apertura natural a la trascendencia, por lo que también tiene sed de Dios y lejos de sus fuentes no puede esperar otra cosa más que languidecer existencialmente y empobrecerse espiritualmente" (310).

 

José Carlos Martín de la Hoz

 

Carlos A. Marmeleda, El dios de los ateos, ed. Stella Maris, Barcelona 2014, 316 pp.