El futuro de la modernidad

 

El profesor de Teoría de la Cultura de la Universidad de Deusto, Patxi Lanceros, plantea bajo el sugerente título "Del robo del tiempo", en este trabajo tres cuestiones muy actuales: la primera acerca de la situación cultural tras las posmodernidad, la segunda, acerca del miedo y la tercera en relación a algunas consecuencias de la crisis económica en la sociedad.

El autor, comienza precisando el significado y alcance de la modernidad: "Hace un tiempo, podía pensarse que la modernidad era un proceso (o un proyecto) no solo inacabado, sino esencialmente inacabable" (24). Lógicamente, ante el fracaso de la modernidad, se puede mirar a otro lado y decir que, en realidad, no se ha aplicado correctamente (26).

Finalmente, terminará por reconocer que en la posmodernidad se ha mantenido en muchas conciencias la verdad del cristianismo: "Incluso en una sociedad como la nuestra, que ha experimentado un rápido proceso de secularización, el punto de vista cultural, cognitivo y moral es el de la religión cristiana. Desde ese punto de vista, todo lo demás es secta o superstición" (44). De hecho, como señalará después, la teología de la muerte de Dios ha sido un fracaso, pues como diría don Juan Tenorio de Zorrilla: "Los muertos que vos matáis, gozan de buena salud" (48). De hecho, para muchas personas,  la esperanza donde está es en Dios. Aunque a nuestro autor no le guste: "Pero quizá algo va mal, muy mal, en el programa cuando la esperanza entra en juego: o cuando, frente a un multidimensional problema, la esperanza se apunta como (única) solución y Dios como única garantía. En una interesante entrevista que cierra el libro (múltiples culturas, una sola humanidad, ed. Katz, Madrid 2008) afirma Zygmunt Bauman: «Si perdemos la esperanza será el fin, pero Dios nos libre de perder la esperanza»" (45).

En la segunda parte, respecto del miedo, comienza recordando cómo la democracia es relativamente reciente en Europa (71) y, es lógico, que todavía aparezcan algunos escépticos a la misma (73). Además, señalará con buen humor que el miedo es libre, pero nadie ha demostrado que a más miedo, más libertad (77). Efectivamente, señalará que sin contar con Dios, al hombre le aumentan los miedos: al futuro, a la crisis, a los demás (80), al Islam (89), a la inmigración (90), o al fin de los tiempos (98).

En el último capítulo, al referirse a la crisis económica y sus tremendas secuelas en el tejido social, comenzará recordando el origen médico del término crisis y sus posibilidades de recuperación y de nacimiento a una etapa nueva de vida (111).  Asimismo, terminará por señalar que la famosa mano oscura que termina por solventar o intervenir en las crisis, no es otra que la mano del Estado (121). Después de preguntarse si Dios puede ser invocado como fuente y garante del orden, reconoce que sí, pero admite que no es ese su pensamiento (136).

José Carlos Martín de la Hoz

Patxi Lanceros, El robo del futuro. Fronteras, miedos y crisis, ed. Catarata, Marid 2017, 141 pp.