La necesidad de recuperar tanto la investigación, como la perspectiva metafísica en el quehacer filosófico, es un tema recurrente en el pensamiento actual y más aún en los autores que recientemente han desarrollado el estudio de la hermenéutica.
Precisamente, en esa perspectiva el profesor Jean Grondin (1955), de la Universidad de Montreal, ha puesto de manifiesto en un magnífico ensayo, que “el sentido y la inteligencia se encuentran ya en el mundo y basta con abrir los ojos y alzar un poco la mirada para descubrirlo. Para una hermenéutica metafísica, eso es señal de que el mundo no es el producto de un azar ciego y de que la existencia es otra cosa que una pasión inútil” (187).
Efectivamente, parece como si la mirada habitual del hombre fuera metafísica, en cuanto a buscar el sentido de las cosas: “la historia nos lo enseña: es imposible superar la metafísica sin presuponer otra metafísica que pretenda saber mejor tanto lo que debe ser la filosofía como lo que supuestamente son las cosas mismas” (25).
La metafísica es pues un esfuerzo necesario de comprensión: “el esfuerzo vigilante del pensamiento humano por comprender el conjunto de la realidad y de sus razones” (43)
Que es patente su necesidad lo recuerdan muchos de los pensadores actuales de mayor proyección intelectual, quienes han demostrado que el camino de la modernidad, tras la negación de la metafísica, ha quedado reducido a un laberinto nominalista sin salidas y sin la mínima fecundidad (174).
De hecho, en la obra que ahora comentamos, después de 179 páginas, Jean Grondin, exclama con fuerte voz que es legítimo pensar en la metafísica: “es legítimo pensar que nuestro mundo y su inteligencia son la obra, la obra maestra, de alguna inteligencia que ordenó las cosas de la mejor manera posible. La ciencia y el arte, así como la religión y la filosofía, nos adivinar algo de esa inteligencia y de sus efusiones, pero es la metafísica la que juzga que es ella la que da sentido a todas las cosas sensatas” (179).
Para ello ha comenzado por desarrollar una verdadera apología de la necesidad de esta faceta capital del saber y ha aportado la lista de los grandes metafísicos de la historia del pensamiento occidental (178-179).
Es interesante como Grondin, realiza la reconducción de la conocida afirmación de Gadamer “el ser que puede ser comprendido es lenguaje”, de una interpretación contra la metafísica, en una glosa metafísica completa (206-209), lo que completará con el estudio del arte en dicho autor.
José Carlos Martín de la Hoz
Jean Grondin, Del sentido de las cosas. La idea de la metafísica, ed. Herder, Barcelona 2018, 226 pp.