Entre las variadas líneas de fuerza que se ha concretado el santo Padre Francisco en su pontificado, y siguiendo una larga tradición de la Iglesia, se encuentra la importancia que le concede al derecho al honor y a la fama que todo hombre necesita para desarrollarse como persona e hijo de Dios.

Es bien conocida por todos, esta ilusión pues desde el comienzo de su pontificado no ha dejado de referirse a la cuestión, especialmente en las entrevistas a los medios de comunicación, y, sobre todo, porque se las ha ingeniado para hablar bien de todas las personas, aunque algunos no parezcan merecerlo.

Así pues, parece muy importante romper una lanza por el respeto a la verdad y por la necesidad de dignificar el mundo del periodismo y de los medios de comunicación y de las redes sociales para evitar las ideologizaciones y todo ese universo mundo de las calumnias y difamaciones.

Precisamente el amor a la verdad, es el tema del libro que acaba de publicar ediciones CEU, en su colección de temas de divulgación universitaria y que deseamos ahora comentar brevemente.

El libro procede de varios ensayos breves de Filosofía, Derecho, Ciencia y Periodismo, redactados por profesores universitarios de diversas universidades, a modo de perspectivas interdisciplinares, todos ellos coordinados por el profesor José Francisco Serrano Oceja.

El tema se presenta como un acercamiento a la figura de las “falacias” que se deslizan abundantemente en la actualidad del mundo de la comunicación y, en general, de la cultura occidental y que desfiguran el normal desarrollo universitario y humano del dialogo y el intercambio de pareceres, tan enriquecedor en una sociedad democrática.

La aparición de las falacias, como la cizaña que algunos desaprensivos siembran abundantemente entre el trigo y que otros, algunos ingenuamente, se dedican a multiplicar por la superficialidad de no comprobar las fuentes y dejarse llevar por lugares comunes, terminan por desanimar, empobrecer y envenenar el desarrollo habitual de la universidad o de la vida de las comunidades.

Precisamente, parte del éxito del crecimiento exponencial de las raíces cristianas de Europa y su difusión y arraigo tuvo lugar por las pequeñas o grandes corporaciones, familias, asociaciones, que fueron capaces de buscar la verdad y difundirla.

Una sociedad como la nuestra, que se ha estancado por falta de vigor, necesita para recuperar el ritmo de expansión y de crecimiento, volver a las raíces cristianas, de la confianza, del perdón y del olvido, en el seno de la familia, de las corporaciones y ahogar el mal en abundancia de bien. La desconfianza solo se supera con coherencia de fe y de vida, desenmascarando las falacias para ahogarlas con más verdad.

José Carlos Martín de la Hoz

José Francisco Serrano Oceja, Falacias. Perspectivas interdisciplinares, ediciones CEU, Madrid 20919, 125 pp.