"Tengo curiosidad por la curiosidad". Con estas palabras, se expresa un sentimiento común a todos los hombres que se trasluce en las preguntas de un niño a su padre, a su madre, a sus profesores, amigos y a los sabios. El deseo por conocer, es algo natural al hombre, que no se sacia sólo en los libros sino que requiere también las preguntas a en las personas que tienen nuestra confianza.
El autor de este trabajo sobre la curiosidad, un literato argentino de fama internacional y vasta cultura, Alberto Manguel, un nómada de los libros, como se denomina a sí mismo, busca en la obra que tratamos, del mayor curioso de la historia, Dante Aliguieri, quien en el siglo XV redactó la mayor aventura de la historia; la Divina Comedia. Su viaje al infierno, purgatorio y cielo con la ayuda de Virgilio, servirá para gobierno o miseria y la grandeza humana acrisolada, como una enciclopedia vital, semejante a la de Isidoro de Sevilla y sus Etimologías, como la antigua Biblioteca de Alejandría.
La divina comedia es historia y cultura vida, con personajes, miserias y errores, pero también esperanza de la felicidad de una vida virtuosa y lograda. En el principio era el Verbo: "de esa antiquísima convicción surge la metáfora de Dios como autor y del mundo como libro: un libro que tratamos de leer y en el cual estamos inscritos" (132).
El autor compara a Dante con el Talmud y nos dirá que "La obra maestra de la producción veneciana de libros en hebreo fue la primera edición completa del Talmud babilónico, impreso unos cincuenta años después de la muerte de Abravanel por Daniel van Bomberghen, un flamenco no judío que más tarde tradujo su nombre al hebreo como Bomberg" (148).
Volviendo a la Divina Comedia nos recordará que "Tal vez Dios es lo bastante fuerte como para regocijarse en la monotonía. Es posible que Dios le diga cada mañana al sol 'hazlo otra vez" (152).
La divina comedia de Dante es el hilo conductor de esta culta y entretenida obra, donde la curiosidad es mostrada en todos sus ámbitos; la verdad, la mujer, la caza, Alicia en el país de las maravillas, el Islam, el dinero, la soberbia, codicia, vanidad, pereza, la usura, la violencia, la fuente de la eterna juventud, el holocausto judío, la mentira, el apartheid en Sudáfrica y la mentira.
Recorrer el infierno, el purgatorio y el cielo de la mano de la Divina Comedia y del escritor argentino Manguel es una gravísima tarea. Siempre amable pero siempre punzante, pues lleva a pensar y a soñar.
Lástima que el autor no tenga la misma fe de Dante, pues ante la muerte afirma: "Mi imaginación, es más modesta: simplemente me veo concluido, carente de decisiones, de pensamientos, temores y emociones, ya no más aquí y ahora en ningún sentido perceptible, incapaz de usar el verbo ser" (389).
El autor es fiel al pensamiento de la Divina Comedia cuando afirma al final del libro. "A medida que se aproxima a su meta, el amor de Dante debe volverse hacia el inefable Bien Supremo y su intelecto debe descender para llegar a sus compañeros de peregrinaje en la tierra" (454)
José Carlos Martín de la Hoz
Alberto Manguel, Una historia natural de la curiosidad, ed. Alianza editorial, Madrid 2015, 541 pp.