El año 2004, en la homilía del comienzo de su Pontificado en la Plaza de San Pedro, Benedicto XVI, volvió sobre una cuestión importante de la cultura de nuestro tiempo y realizó una llamada a combatir contra la dictadura del relativismo. Desde ese día muchos pensadores han despertado. Basta con acudir a las librerías importantes de Madrid, para encontrar muchos trabajos de buen nivel filosófico, teológico, sociológico, antropológico y, además, de temáticas de actualidad. No se trata solo de traducciones, también hay trabajos de autores españoles.
Así pues, el panorama filosófico actual en España está mejorando y de hecho, van destacando numerosos autores jóvenes y también muchas de sus obras, lo cual es un buen síntoma de recuperación intelectual.
Entre otros autores, destaca el profesor Enrique Bonet Perales, catedrático de filosofía de la Universidad de Salamanca. Resulta de un gran interés la lectura de su nuevo trabajo sobre las raíces antropológicas del problema del mal.
El trabajo comienza abordando el misterio del pecado, del mal, como ausencia de un bien debido, como privación y en el marco del siglo XX, una de las épocas más duras de la historia del mundo occidental.
A continuación, girará su atención alrededor de la distinción que realizó el filósofo y matemático Leibniz (1646-1716), entre el mal metafísico, físico y moral, recogiendo la tradición filosófica desde la antigüedad, es decir, desde las aportaciones claves de San Agustín, Boecio y Santo Tomás: “El primero consiste en la finitud de nuestro mundo y del hombre, inevitable en tanto que creados como realidades distintas de Dios; el segundo mal nos recuerda al sufrimiento y dolor que padecen los seres humanos, en tanto que seres contingentes e imperfectos (al igual que el mundo); el mal moral no es otro que el ocasionado por el hombre a partir de la libertad (concedida por Dios), que le posibilita pecar, dañar a otros y a sí mismo. La tesis que atraviesa toda la crítica a Bayle no es otra que la afirmación de que Dios, con la creación del universo, crea el mejor de los mundos posibles, gracias a su omnisciencia, omnipotencia e infinita bondad. He aquí el interrogante que Leibniz pretende responder: ¿Por qué en este mundo creado por Dios, que en tanto que salido del creador es el mejor de todos los posibles, existe tanta imperfección, sufrimiento y maldad? A ello se dedica la Teo-dicea (literalmente la justificación de Dios)” (140).
El libro funcionará en sus tres cuartas partes (pp. 71-307), como una sucesión temporal de lecturas seleccionadas de los grandes filósofos de la historia del pensamiento, debidamente enmarcados en el pensamiento y en las coordenadas filosóficas y culturales.
De hecho el libro podría haberse denominado una historia del pensamiento acerca del problema del mal desde Platón hasta nuestros días, en sus fuentes principales.
José Carlos Martín de la Hoz
Enrique Bonete Perales, La maldad. Raíces antropológicas, implicaciones filosóficas y efectos sociales, ed. Cátedra, Madrid 2017, 309 pp.