La publicación de la primera Encíclica del papa Francisco sobre la Luz de la Fe, recordaba al mundo intelectual cristiano que proseguiría en la línea de su predecesor el papa Benedicto XVI del diálogo entre fe y razón, para iluminar con la cegadora luz de la fe, los complejos caminos humanos y mostrar siempre el verdadero sentido de la existencia.
En esa dirección el catedrático de Teología Robert Cheaib de la Universidad Gregoriana y del Sacro Cuore de Roma, nos presenta esta suma de trabajos y conferencias publicados algunos de ellos de modo disperso, con el sugerente título de “Más allá de la muerte de Dios. La Fe ante la prueba de la duda”.
En efecto, el libro arranca con el recuerdo de la atronadora, terrible y falsa afirmación del enloquecido pensador Nietzsche, acerca de la muerte de Dios, para demostrar que Dios nunca ha muerto, ni lo hemos matado, ni afortunadamente puede morir, puesto que es eterno e infinitamente bueno y misericordioso.
Según pasan los siglos y el pensamiento cristiano regresa plenamente renovado mediante el retorno a las fuentes; a la Sagrada Escritura, la Tradición, al Magisterio y a la metafísica de santo Tomás y en muchos lugares del planeta, nace una nueva primavera intelectual para la Iglesia y muchos hombres y mujeres viven su fe cristiana en plenitud, caridad y alegría.
Para el profesor Cheaib el único fruto positivo de aquella fiebre universal del XIX que desembocó finalmente en dos guerras mundiales y en dos bombas atómicas, cada una con millones de muertos, huérfanos, desplazados y desaparecidos, sería el que el hombre ya no puede quedar indiferente ante el sentido de su existencia, ni se puede vivir el cristianismo con mediocridad, como si fuera algo cultural, un código de conducta o una tradición de familia fruto de la inercia: hemos de ser buscadores de Dios (13).
El autor se detendrá largamente a “una invitación a tener el arrojo de interrogar a la fe y de interrogarse sobre la fe” (24). Es una demostración de que la fe debe ser “ut intelligas”, buscar la intelección, como diría san Agustín.
Es verdad que interrogarse es como levantar un pie del suelo para caminar, pero también lo hará con esa seguridad de saber que Dios es quien nos sostiene, pero quien desea que nosotros convirtamos nuestra fe en amor, en servicio y en donación incondicionada, pues, en definitiva, una fe debe fortalecerse con las obras
José Carlos Martín de la Hoz
Robert Cheaib, Más allá de la muerte de Dios. La Fe ante la prueba de la duda, ediciones Palabra, Madrid 2017, 219 pp.