Se suele afirmar que la persecución religiosa que se desencadenó durante la revolución francesa ha sido la más cruel y sistemática de la historia contra la Iglesia católica, pues fue llevada a cabo por antiguos obispos y sacerdotes: clérigos que sabían muy bien lo que tenían que hacer para descristianizar un país.
En seguida hay que afirmar, como reconocen todos los especialistas, que la clave de todo el proceso fue la publicación de la constitución civil del clero y la obligación de jurar que se pidió a cada obispo y a cada sacerdote, una caza de brujas, pues el texto contenía graves errores contra la fe y contra la comunión con Roma.
Este hecho, produjo una categoría de clérigos herejes, los juramentados o constitucionales, para distinguirlos de los que se negaron a jurar y tuvieron que huir, fueron encarcelados o asesinados, a quienes se denominó los refractarios. Lógicamente, los constitucionales, pasaron a tomar posesión de los abundantes oficios vacantes.
Seguidamente la Revolución rompió con Roma y sometió la Iglesia al Estado. A continuación, se eliminaron los sacramentos y celebraciones, se eliminaron también los objetos de culto y las iglesias, los cruceros de los caminos, las campanas y todo símbolo religioso para terminar por entronizar a la diosa razón.
En medio de todo el caos, la región de la Vendée, en el centro-oeste de Francia, a orillas del Atlántico, fue escenario en 1793 del alzamiento de todo un pueblo contra la Revolución Francesa. El régimen de Terror quiso efectuar una leva de soldados al tiempo que intensificaba su persecución religiosa contra los sacerdotes fieles. Los vandeanos se alzaron como un solo hombre, y un ejército de campesinos liderado por sus señores se unió bajo el grito "¡Por Dios y por el Rey!" contra el totalitarismo jacobino. Fue una guerra que duraría tres años, hasta la aniquilación de las huestes contrarrevolucionarias y la aplicación del que se considera el primer genocidio de la Historia moderna contra la población civil.
Esta historia ha sido convertida en película por la productora Navis Pictures. A principios de este año se estrenó La guerra de la Vendée, y acaba de ser nominada como candidata a recibir el premio Pez de Plata del 3º Festival Internacional de Cine Mirabile Dictu, que se celebra en la Santa Sede bajo el patrocinio del Pontificio Consejo para la Cultura.
Esta edición resumida de los hechos a cargo del historiador Alberto Barcena, es un homenaje a aquellos cristianos valerosos, verdaderos mártires de una pretendida revolución del pueblo, que se convirtió en una revolución contra las tradiciones profundas del pueblo. De hecho los habitantes de la Vendeè se levantaron al grito de queremos ser cristianos como nuestros padres.
José Carlos Martín de la Hoz
Alberto Barcena Pérez, La guerra de la Vendée, Ediciones San Román, 2016, 248 pp.