Hay libros, como El Danubio de Claudio Magris, por poner un ejemplo modélico, que nos permiten descubrir horizontes culturales enriquecedores. Otros, no menos necesarios, nos acercan a realidades amargas o incluso deletéreas. Es el caso de Cien años de literatura a la sombra del Gulag (1917-2017) (Rialp), de Adolfo Torrecilla. Un trabajo ingente, fruto de muchísimas lecturas sobre la represión en la Unión Soviética y los países satélites y en China, Camboya, Corea del Norte y Cuba, dominados por regímenes totalitarios comunistas, con un número de víctimas que, según los historiadores, se acerca a los cien millones, entre ejecutados, encarcelados, deportados… Probablemente, no se haya dado nada semejante a lo largo de la historia de la humanidad y, sin embargo, como señala el autor, y también Rafael Gómez Pérez en el epílogo (Intelectuales y memoria histórica), a pesar de estas cifras espeluznantes, aún se siguen ignorando o tratando con cierta benevolencia los crímenes del comunismo, si se compara con los del nazismo, que afortunadamente duró muchos menos años.
Después de una síntesis histórica sobre lo sucedido a raíz de la revolución de 1917, Adolfo Torrecilla nos ofrece información sobre más de ciento veinticinco testimonios directos e indirectos acerca de esa barbarie, en forma de memorias, novelas, ensayos, relatos… A esto, hay que añadir los datos históricos y las referencias a otras víctimas y a otros trabajos, que se incluyen al hilo de las obras reseñadas, y que ayudan al lector a captar la magnitud de lo sucedido. Además, ha tenido el acierto de señalar las ediciones en castellano de esas obras, la mayoría bastante recientes, para que el lector interesado pueda acceder a ellas con facilidad. He de señalar, que yo mismo me he beneficiado de dicha información, puesto que me ha permitido leer recientemente El tiempo de las cabras de Luan Starova y El meteorólogo de Olivier Rolin, dos interesantísimos libros, tanto por lo que cuentan como por la calidad literaria.
Algunos autores son bastante conocidos, como Solzhenitsyn, Grossman, Kadaré, Kertész, Koestler, Kundera, Marai, Milosz, Pasternak, Shalámov o Zagajewski, y han sido premiados en occidente, pero el texto nos acerca también a otros muchos escritores valiosos, pero ignorados a causa de la represión padecida.
Hay que agradecer a Adolfo Torrecilla ese esfuerzo compilador, porque, como dijo el escritor polaco Julius Margolin, El compromiso para con el problema de los campos de concentración soviéticos resulta ser la piedra de toque de mi evaluación de la honradez del individuo, en la misma medida que su comportamiento para con el antisemitismo. La historia no se repite, pero conocerla permite evitar errores y solidarizarse, por lo menos con la memoria sufriente, con las víctimas de tales injusticias y atrocidades.
Luis Ramoneda
Adolfo Torrecilla. Cien años de literatura a la sombra del Gulag (1917-2017) (Rialp).