Líderes y modelos

 

La obra del pensador y filósofo de los valores Max Scheler (1874-1928), docente e investigador de las prestigiosas universidades de Jena, Múnich y Colonia, es bien conocida en España sobre todo por sus numerosos trabajos en el campo de la ética, aunque quizás sea menos conocido en su faceta de investigador de la antropología y sociología.

Precisamente, en el período entreguerras publicó el filósofo Scheler este pequeño trabajo, fruto de su investigación y de dictar varias conferencias sobre el tema, acerca de la caracterización de los líderes y del liderazgo en un momento especialmente convulso de la cultura y de la vida política del siglo XX tanto en la vieja Europa como en los Estados Unidos, pues pronto llegarán aquellos grandes líderes que arrastrarán a millones de personas en una terrible dirección como fue la segunda guerra mundial.

En ese sentido, en la presentación de la obra que ahora comentamos, nos dice Sergio Sánchez-Migallón: “Este trabajo, pues, confirma de modo práctico que la teoría moral de este fenomenólogo no es tanto ni principalmente una abstracta teoría de valores -como a menudo se piensa- cuanto, sobre todo, una teoría de la persona y de su configuración moral mediante sus actos de amor, de valorar y del consecuente elegir; por lo cual se comprende bien que Scheler subtitulara su Ética como nuevo ensayo de personalismo ético” (10).

En primer lugar, al abordar la materia, Scheler deja claro que él mismo quiere presentarse en este ensayo, como un sencillo maestro, como un pensador filosófico, no como un modelo de nada, ni como un líder de ningún grupo: “como alguien que quiere ofrecer un saber objetivo sobre el liderazgo y su significado en la vida y en la historia. Y esto es algo fundamentalmente distinto de ser un líder” (14).

Inmediatamente caracterizará la figura del líder y las condiciones necesarias para poder ejercer el liderazgo, pues el líder tiene que ser una persona real: “El líder puede ser un salvador o un demagogo sin escrúpulos; puede ser líder en un sentido positivamente valioso o un seductor; puede ser líder de una asociación virtuosa o de una banda de ladrones. Él es precisamente líder en sentido sociológico solo en la medida en que quiere dirigir y tiene algún seguimiento” (21).

Es más importante para Scheler el modelo: “Aquí no quiero hablar tan solo de líderes, sino de la importancia de los modelos, cosa que para mí es mucho más relevante. Mientras que hoy existe una enorme cantidad de literatura sobre el liderazgo, muy pocos han evaluado la importancia, la formación, la eficacia y la fuerza formadora de almas que poseen los modelos (…) el modelo subyace, se mueve varía en la profundidad del alma de cada hombre y de cada grupo humano” (16).

 José Carlos Martín de la Hoz

Max Scheler, Modelos y líderes, ediciones Sígueme, Salamanca 2018, 154 pp.