Dentro de las obras que se están publicando alrededor de la figura del humanista y reformador de la Iglesia, Martín Lutero, conviene destacar por su profundidad y hondura de la investigación del trabajo del Prof. Kaufmann (1962), catedrático de Historia de la Iglesia de la Universidad de Gotinga.
Precisamente, por haber realizado la más reciente edición crítica de las obras de Lutero (4 volúmenes, entre 2014-2016), el Prof. Kaufmann es un buen exponente de lo que realmente afirmaba Lutero y de lo que Lutero puede decir al hombre del siglo XXI.
Lo primero que llama la atención, según nuestro autor, es lo lejos que está Wittemberg del escenario habitual de la cultura y del pensamiento y más en aquella época del siglo XVI, cuando era una pequeña población de apenas unos pocos miles de habitantes y poseedora de una universidad de reciente fundación.
Cuando Lutero llega al convento de los agustinos de la ciudad, hay un profesor y hombre de gran santidad de vida que confía en él y le sostendrá como director espiritual y como maestro en Sagrada Escritura y a quien terminará por sustituir tanto en la dirección de la cátedra como de la vida de los agustinos de la ciudad. Se trata del maestro Juan de Staupitz (1468-1524)
Aquél joven atormentado y formado en el nominalismo tanto espiritual como teológico (35) acabó encontrando en las páginas de la epístolas de san Pablo una solución no a sus problemas de conciencia que le atormentarán toda la vida hasta la muerte (35, 110), sino a su problema intelectual y vital de la justificación por la fe en Cristo: "Su conciencia del pecado, inextricablemente unida a su certeza de la justificación, en el sentido de la comprensión de la distancia con Dios, -es más, de la enemistad del hombre con Dios- que solamente puede ser superada por Dios, constituía la base teológica de sus numerosas referencias a sí mismo, ricas en tensión dialéctica" (19).
Haufmann dedicará la última parte de su trabajo a mostrar cómo para Lutero está muy cerca el fin del mundo: "La Reforma de Dios exige ahora de nuevo el orden correcto poco antes del fin de los tiempos. El papado y con él, a partir de 1529, también el turco están en el foco de la teología apocalíptica" (103).
Su concepción del papado como el Anticristo, y por tanto, la cercanía del fin del mundo es el tema de su tratado "Contra el papado de Roma fundado por el diablo", publicado un año antes de su muerte, donde se hace eco de todas las señales del fin del mundo (104) y donde también Lutero "en contra del miedo al juicio final no estaba asociado con el terror sino con la certeza de que el triunfo de la verdadera iglesia se manifestaría en él" (104).
Por otra parte Lutero estaba convencido de que en el año 1600 sería la aniquilación completa de Alemania a manos del imperio otomano (107) y se basaba en que el año 1540 se correspondía con el año 5.500 desde la creación del mundo (106): "Estaba convencido del fin de la historia en el trascurso de las décadas siguientes" (106).
José Carlos Martín de la Hoz
Thomas Kaufmann, Martín Lutero. Vida, mundo, palabra, ed. Trotta, Madrid 2017, 134 pp.