El libro responde a los objetivos marcados por el propio cardenal Fernando Sebastián (Calatayud, 1929) al comienzo de sus trabajo: "Un libro de recuerdos y de comentarios al hilo de las principales etapas de mi vida" (14).
No busque el lector ni profundidad en los temas, ni razones hondas o claves históricas de lo que sucedió. Esto es lógico pues falta todavía la necesaria perspectiva histórica y, además, porque como señala el propio autor, "no soy hombre de muchos archivos ni de muchos datos" (14).
Los primeros capítulos versarán sobre los estudios y el descubrimiento de la vocación, que le llevarán sucesivamente al seminario de los misioneros claretianos en Valls (Cataluña), al Angelicum de Roma y a la Universidad de Lovaina. Posteriormente, el cardenal Sebastián, obtendrá una cátedra de antropología en la Universidad Pontificia de Salamanca en 1967 y será rector de la misma desde 1971 hasta su nombramiento como obispo de León y Secretario de la Conferencia episcopal.
A partir de ahí se perfila como un hombre vinculado al cardenal Tarancón (204-224), al que parece que este último hubiera deseado que le sucediera en Madrid (225) y en las tareas de la Conferencia episcopal (452).
También de esa etapa, como Secretario de la Conferencia Episcopal Española, hay que señalar su juicios sobre el Opus Dei, tanto sobre su carisma teológico como sobre su estructura jurídica (262-263). Las opiniones que después aportará sobre el Opus Dei y la etapa postconciliar no dejan de ser lugares comunes o apreciaciones rápidas sin demasiado fundamento (265).
Son ilustrativas las negociaciones que tuvo que llevar a cabo, como Secretario de la Conferencia episcopal, con los gobiernos socialistas de los años ochenta acerca de la educación y la implantación de los modelos de concierto que se impusieron en toda España. Es interesante la ausencia de comentarios acerca de cómo el PSOE impuso la coeducación con la aquiescencia de la FERE y el silencio de la Conferencia (291).
Las etapas de su episcopado en Granada y Málaga aparecen como tiempos en los que la Iglesia apenas contara con él, hasta el nombramiento para la diócesis de Pamplona donde estará un largo y fecundo periodo de servicio a la Iglesia.
Precisamente, más adelante, al tratar de su etapa como arzobispo de Pamplona, tiene palabras elogiosas sobre el vicario del Opus Dei, D. Pedro Álvarez de Toledo y sobre el trabajo de colaboración que se desarrolló en aquella época (382).
Al término del libro parece una justificación de los motivos por los que la Iglesia, a través del papa Francisco, le elevaron al cardenalato en enero 2014 (452).
José Carlos Martín de la Hoz
Cardenal Fernando Sebastián, Memorias con esperanza, ed. Encuentro, Madrid 2016, 469 pp.