Multiculturalismo

 

El profesor de sociología italiano Pierpaolo Donati, de la Universidad de Bolonia, es autor de muchos trabajos de investigación en el ámbito de las relaciones entre la cultura y la sociedad actual es, además, de uno de los grandes investigadores y máximo exponente en el conocimiento del multiculturalismo como “ideología de una nueva laicidad del Estado” (130).

Dentro de las muchas acepciones del multiculturalismo. deseamos ahora detenernos en la acepción y en los límites que marca el propio profesor Donati cuando lo define como “la política que pone de relieve el respeto y la tolerancia mutuos por las diferencias culturales dentro de los límites de una nación” (35). Precisamente, la instauración del multiculturalismo en nuestras sociedades europeas implica la derrota del modelo de Hobbes y de Spinoza que ha durado hasta hace pocos años y que había prohibido “el pluralismo religioso como valor público en un mismo Estado-nación. Hoy, sin embargo, el multiculturalismo es el resultado de la globalización y de las crecientes migraciones a nivel internacional” (36).

Es interesante la objeción que plantea nuestro autor ya casi al comienzo de su discurso: “El multiculturalismo se convierte en ideología cuando lucha por valores o intereses particulares, de comunidades culturales específicas, como si fuesen valores e intereses universales” (39).  Asimismo, señalará seguidamente: “El multiculturalismo se traduce en una ideología que legitima una ulterior pérdida de lo que aglutina la sociedad” (40). Es decir, que determinados grupos políticos o una visión laicista de la organización del Estado podrían intervenir en la vida cultural legislando según su parecer y en la relativización de los valores de las diversas culturas.

Así pues, al término del primer capítulo de su obra, el profesor Donati planteará con toda crudeza el problema, hasta el momento insoluble: “Nuestro problema es, pues, el siguiente: ¿existe una solución de convivencia civil entre culturas diversas que pueda impedir que se caiga en los efectos negativos del relativismo ético-cultural y del laicismo político inducidos por el multiculturalismo? Lo que está en juego de la civilización en cuanto humana” (41).

La situación es compleja pues, como reconoce sinceramente el profesor Donati: “el humanismo occidental corre el riesgo de implosión y de deriva histórica porque no ha conseguido todavía elaborar una reflexión suficiente para hacer frente a la despersonalización de la razón que está en el origen del multiculturalismo como doctrina epistemológica, moral y política” (56).

La solución que propone de nuestro autor es “buscar «nuevas razones» con referencia a las relaciones sociales. La tesis de fondo es que la razón debe hacerse reflexiva de modo que las buenas razones de la convivencia humana sean referidas a las relaciones entre las personas, a diferencia de la racionalidad de los individuos, de los sistemas sociales y de las mismas culturas. Son las relaciones sociales las que humanizan o deshumanizan a las personas” (57).  El multiculturalismo excluye la posibilidad de edificar un mundo común (57, 102) y la relación entre fe y razón (140).

José Carlos Martín de la Hoz

Pierpaolo Donati, Más allá del multiculturalismo, ed. Cristiandad, Madrid 2017, 222 pp.