Obreros o guerreros

 

La historiadora contemporánea y experta en Sociología de la Universidad de Oxford, Selina Todd, ha redactado y publicado recientemente en Akal una inteligente revisión de la verdadera historia del movimiento obrero en Inglaterra, Escocia y Gales, es decir el Reino Unido, en el comienzo del siglo XX: entre los años 1910, el período entre guerras, hasta la crisis económica del 2010.

Es interesante comprobar cómo las diferencias entre derechas e izquierdas, en la sociedad más demócrata de Europa, se fueron difuminando a lo largo del siglo veinte en Inglaterra, hasta consolidarse realmente una clase media, dotada de parejos intereses y, sobre todo, poseedora de los mismos miedos y angustias, pues la pérdida del trabajo por cualquier eventualidad, de cualquier asalariado, arrojaba a la familia a la exclusión y a la absoluta pobreza.

La desaparición en Inglaterra, a finales del siglo XX, de muchos de los enormes costos de la Seguridad Social, del subsidio de paro, pensiones, ayudas estatales a la vivienda y de tantos beneficios indudables que existían abundantes en la llamada sociedad del bienestar, dieron paso al final de la era Thacher a otro modelo económico y de organización social (403).

En ese largo camino de cambios operados y visibles en la Inglaterra que transcurre del XIX a la actual Inglaterra del Brexit, tuvo mucho que ver la derrota del movimiento obrero en la década de los ochenta, cuando los nuevos obreros, la clase media de los asalariados, se enfrentaron en grandes huelgas y masivas concentraciones contra la fuerza pública (413).

Así pues, en aquellos grandes conflictos, los obreros se convirtieron en guerreros y fueron derrotados por el poder establecido, desapareciendo aquellas inmensas fábricas provenientes de la revolución industrial. Pero lo grave fue que la fuerza obrera, temible en otros tiempos, se había convertido en un fantasma, pues ya no había ni grandes fábricas ni miles de obreros clásicos, sino millones de empleados que defendían su salario con el que vivir (416).

Asimismo, la autora va recuperando a lo largo de la historia obrera del siglo XX la voz de la mujer, esposa, madre, trabajadora eventual, a tiempo parcial, hasta la incorporación masiva de la mujer en todos los campos de la vida laboral, el crecimiento del número de los divorcios, la emancipación de aquellas trabajadoras.

Es interesante el análisis del comienzo del nuevo siglo: “A partir de la década de 1990, los políticos tanto de izquierda como de derecha auguraban el surgimiento de una sociedad sin clases o una sociedad exclusivamente de clase media. Muchos académicos y periodistas estaban de acuerdo en que la clase simplemente ya no importaba. Y aun así a comienzos del siglo XXI las encuestas sugerían que más de la mitad de los británicos todavía se consideraban clase obrera” (431).

José Carlos Martín de la Hoz

Selina Todd, El pueblo. Auge y declive de la clase obrera (1910-2010), ediciones Akal, Barcelona 2018, 540 pp.