El profesor Friedrich A. Hayek (1899-1992), austríaco afincado en Londres como profesor de la London School of Economics y director de la revista Económica no sospechaba con su trabajo “The Road to Serfdom” se convertiría en el gran abandera del liberalismo económico y precursor de la moderna Europa de las Naciones como ahora vivimos. Es pues interesante, detenerse ahora ante el avance de los populismos y la instalación de una democracia mediocre, recordar que el profesor Hayek redactaba poco antes del final de la Segunda Guerra Mundial, en 1944, cuando todavía sonaban los cañones en Europa, su primer gran trabajo sobre política económica en el que abordaba algunas ideas básicas sobre economía política que, en su opinión, habían conducido no sólo al nazismo, sino también a algo tan grave y nefasto como el totalitarismo.
Precisamente la luz de sus ideas y los profundos análisis económicos que las sustentaban le condujeron a dedicarse a estas materias, cuando en principio no se había preparado para esa función y pensaba que otros compañeros lo harían mientras él regresaría a sus trabajos de economía aplicada que tan bien dominaba.
Como se suele afirmar, la necesidad crea el órgano y, por tanto, la crítica a las ideas políticas que pueden conducir a la quiebra del bien común y a la completa destrucción del propio hombre al que creen servir hacía necesario que alguien levantara si voz, aunque sonara más o menos profética en un primer momento.
La primera crítica que realiza este leído y releído trabajo, pero que no podemos olvidar, es la necesidad de mantener vigorosas las raíces de la cultura contemporánea; la visión trascendente, la caridad inherente a Europa como raíz cristiana, la relación fe y razón, fe y ciencia, derecho y antropología cristiana. Con valores y horizontes acordes con la dignidad y grandeza de la persona humana, se asegura el camino de la libertad (45).
En efecto la palabra planificación, que es la primera que brota ante la realidad multiforme de la sociedad libre, puede conducir en determinados casos y en específicas visiones socialistas a una profunda radicalidad y a un riesgo de poner en peligro la libertad y dejarse caer sin miedo en los totalitarismos (49). Así afirmará: “la planificación conduce a la dictadura, porque la dictadura es el más eficaz instrumento de coerción y de inculcación de ideales, y, como tal, indispensable para hacer posible una planificación central en gran escala” (130).
Terminaremos con la intensa relación entre economía y libertad: “Se dice a menudo que la libertad política carece de significado sin libertad económica. Esto es muy verdadero, pero en un sentido casi opuesto al que dan a la frase nuestros planificadores” (169).
José Carlos Martín de la Hoz
Friedrich A. Hayek, Camino de servidumbre, Alianza editorial, Madrid 2017, 361 pp.