Presentamos una nueva reedición de la obra de Werner Jagger que data del año 1961, en la que rastreaba la relación entre el cristianismo primitivo y la filosofía griega de los primeros siglos: "con el uso del griego penetra en el pensamiento cristiano todo un mundo de conceptos, categorías intelectuales, metáforas heredadas y sutiles connotaciones" (14).
Es más, cuando los apóstoles recorrieron el mundo antiguo para evangelizarlo tuvieron que utilizar la filosofía imperante en la época: "Así fue la primitiva misión cristiana la que obligó a los misioneros o apóstoles a usar formas de literatura y habla griegas al dirigirse a los judíos helenizados, hacia los cuales se volvieron en un principio y que encontraban en todas las grandes ciudades del mundo mediterráneo. Esto se hizo más necesario cuando Pablo se acercó los gentiles y empezó a lograr conversos entre ellos. Esta actividad protréptica misma era un rasgo característico de la filosofía griega en la época del helenismo" (20).
Además la paideia clásica quedó poco a poco superada pues, con la expansión de la fe y la coherencia de fe y vida de los cristianos, Cristo se convirtió en el centro de una cultura nueva que se hizo mayoritaria a partir del siglo IV (23).
Con la llegada de san Justino y los Padres Apologistas se empezó a hablar del cristianismo como la filosofía absoluta, según narraba el propio Justino en su Apología y Eusebio de Cesarea en su Historia Eclesiástica. Aunque, ya pronto Tertuliano en el siglo II recordaba que el cristianismo es mucho más, puesto que contiene una revelación de Dios y, por tanto, es más que una filosofía mensurable con criterios lógicos: "¿Qué tiene que ver Atenas con Jerusalén, y la Academia con la Iglesia?" (De praescriptionibus haereticorum c.1).
De todas formas, señalará Jaegger: "Los apologistas del siglo II eran hombres de un respetable nivel intelectual, pero el cristianismo necesitaba ahora los servicios de mentes y personalidades más desarrolladas que habían de encontrarse en el ambiente cultural de Alejandría, la capital del mundo helénico" (55). De este modo introducirá el estudio del uso de la razón en la exégesis de Orígenes y de Clemente de Alejandría, pues de este modo se logra en la práctica "la síntesis, muy compleja del pensamiento griego y cristiano" (56).
De todas formas, conviene recordar que para estos pensadores alejandrinos, como para los Padres capadocios (San Basilio, San Gregorio de Nisa y San Gregorio Nacianceno) que estudiará Jagger páginas después, Cristo no era un maestro humano que se haya dado este título a sí mismo, en Cristo se encarna el Logos divino y ahí radica la gran diferencia entre el cristianismo y toda filosofía meramente humana (91). Es interesante recordar que los padres capadocios estudiaron en Atenas y "Por ser cristianos, se encontraban un tanto separados socialmente de los otros alumnos, pero esto no hizo sino aumentar la seriedad con la que tomaban su amistad y sus estudios" (103).
José Carlos Martín de la Hoz,
Werner Jagger, Cristianismo primitivo y Paideia griega, ed. Fondo de cultura económica, México 2016, 139 pp.