El poeta, teólogo y escritor inglés Rowan Williams (1950), arzobispo emérito anglicano de Canterbury (2002-2012), ha redactado en clave ecuménica, un agudo, fino y sencillo ensayo pastoral para ediciones Sígueme, acerca de la cuestión crucial de nuestro tiempo que se resume en “ser cristiano”.
Con un sugerente lenguaje, nuestro autor comienza comentando algunas consecuencias de haber recibido el bautismo y, por tanto, de habernos incorporado a la profundidad de la vida en Cristo, con todo lo que eso conlleva: “El bautizado debería ser alguien que no tiene miedo de mirar con honradez el caos que hay dentro de él, así como tampoco de estar donde la humanidad se halla en peligro en el exterior” (18).
Enseguida, se detendrá a hablar de la Biblia, de retomar la escucha de la Palabra de Dios de modo incesante, pues afirmará con contundencia que “la vida cristiana es una vida de escucha” (39). Puesto que el cristiano no se limita a leer la Biblia de corrido y en diagonal, sino en términos de escucha y contemplación: “cuando eso haya sucedido, tienes que determinar qué ha cambiado después de escucharlos” (45).
Es muy interesante la respuesta que aporta nuestro autor a quienes preguntan por el uso de la violencia que aparece, por ejemplo, reflejado en las historias narradas a lo largo de los libros contenidos en el Antiguo Testamento: “lo importante, en definitiva, es mirar a Dios, mirarse a uno mismo y preguntarse dónde estamos en la historia. A la luz de la Biblia en su conjunto, ¿eres capaz de responder de una manera más amorosa o más fiel que el antiguo Israel?” (48). A lo que añade enseguida: “Acostúmbrate, pues, a tratar con él” (51).
En el capítulo dedicado a la eucaristía, comienza nuestro autor presentando un esquema interesante: “Para los cristianos, participar en la celebración de la eucaristía, en la sagrada comunión, significa vivir como personas que se saben siempre invitadas, que son acogidas y que son queridas” (67). Hemos de señalar que, el desarrollo siguiente, adolece de un mayor realismo eucarístico, de una profundización en la cuestión sacrificial de la Santa Misa y, sobre todo, de la devoción eucarística en los sagrarios; facetas, lógicamente, que necesitan avances en el ecumenismo (80). En cualquier caso, anotemos esta bella expresión del autor: “La sagrada comunión transforma nuestra visión de las cosas (…) para verlas desde la perspectiva de Dios” (81).
Finalmente, nuestro autor nos propondrá “ponernos en presencia de Dios” (96) y se detendrá a releer textos bellísimos de Orígenes, San Gregorio de Nisa y Juan Casiano, para introducir al lector que desea ser cristiano, por caminos de oración personal. Todo arrancará del saberse mirado por Dios, del ponerse desde dentro de sus ojos misericordiosos, de “permitir que Jesús ore en ti” (97), para contemplar de ese modo nuestra vida y el bellísimo mundo que ha creado. De ese modo, podremos exclamar prontamente con el salmista: “Oh Dios, date prisa en socorrerme” (122).
José Carlos Martín de la Hoz
Rowan Williams, Ser cristiano. Bautismo, biblia, eucaristía y oración, ediciones Sígueme, Salamanca 2018, 126 pp.