Tiempo de paciencia

 

La especialista en Relaciones internacionales, diplomática y doctora en historia contemporánea, Vanessa Núñez Peñas, ha publicado, tras muchos años de investigación en los archivos correspondientes, una breve síntesis de su extraordinaria tesis doctoral acerca de las negociaciones de España para entrar en la Comunidad Económica Europea (1976.-1986).

Se trata de un trabajo del todo inédito donde se deshacen muchos lugares comunes y conclusiones demasiado prefabricadas, realizadas sin documentos y con meras suposiciones: todos los años de preparación desde el comienzo del desarrollismo español a finales de los años cincuenta y todos los trabajos previos a la estricta negociación de España para incorporarse a la CEE como miembro de pleno derecho y actor en gran parte de sus raíces

Lógicamente, desde que comenzó la vida democrática en España los trabajos de incorporación se aceleraron, aunque siguieron encontrando a Francia como un verdadero muro infranqueable, ya no por falta de democracia institucional, sino sencillamente por ver peligrar la economía del país vecino, como el nuestro, todavía con muchos intereses en el campo de la agricultura y ganadería.

España llevaba pocos años impulsando la industria y su dependencia de la agricultura y ganadería era todavía mayor que la de Francia, aunque compensada con el turismo y con una mayor tasa de habitantes por metro cuadrado en algunas zonas.

Es rigurosamente cierto que al entrar en Francia un cambio de gobierno más afín al partido socialista español que había tomado en poder en España en 1982 después de casi cuarenta años (1939), facilitó las negociaciones. Es cierto, como afirma la autora que las relaciones bilaterales España-Francia coincidieron casi al 100% con las negociaciones CEE-España pues en ese momento el país galo era esencial y central en Europa,

La presión que tuvo que soportar España fue la de Grecia y Portugal que competían con Espala para entrar a la vez de modo que de un modo gráfico parecía que el mediterráneo entraba significativamente en la CEE, frente al eje Francia-Alemania. La ayuda de Inglaterra fue capital y finalmente se alcanzó el viejo deseo de Ortega en los años veinte de que el problema de España tenía solución y era más Europa.

De hecho, hoy día si la presión del País Vasco y de Cataluña está ralentizado se debe a que Europa ha empezado a girar de una Comunidad de Naciones a una comunidad de pueblos que se ayudan entre sí con una identidad fuerte, por encima de todo, que sería Europa y manteniendo la idiosincrasia de los pueblos que la habita n con su lengua, cultura e interés particulares.

José Carlos Martín de la Hoz

Vanessa Núñez Peñas, Tiempo de paciencia. Las negociaciones de adhesión de España a las Comunidades Europeas (1976-1986), ediciones Sílex, Madrid 2023, 4535 pp.