Entre las muchas obras teológicas escritas en la segunda mitad del siglo XX que influyeron en la renovación de la teología y que desembocaron en el Concilio Vaticano II, destacaba el trabajo del famoso cardenal suizo Hans Urs von Balthasar (1905-1988), quien publicaba en 1963, un breve ensayo sobre la teología de la caridad que ha sido reeditado recientemente por ediciones Sígueme, y en el que ahora deseamos detenernos a comentar.
En el sencillo estudio introductorio, el teólogo jesuita Ángel Cordovilla, recordaba de manera sintética el origen y significado del audaz título de esta obra: "Sólo el amor es digno de fe", que está concebido, afirmará, como una verdadera síntesis e introducción al pensamiento teológico de von Balthasar: la de la “sola caridad” (11).
Efectivamente, la cuestión de fondo que aquí se plantea es si verdaderamente es posible que Dios tenga una relación personal con la criatura humana, puesto que es obvio que existe una clara desproporción de naturaleza y de entidad metafísica.
Precisamente, en la breve recapitulación de esta obra encontramos un magnífico resumen del problema y de la solución. Comencemos por la primera conclusión: "la autoridad formal de la Iglesia, como la de Cristo, solo llega a ser definitivamente creíble como aparición de la gloria majestuosa del amor divino, entonces llega a ser realmente digna de fe" (146).
Enseguida, volverá Hans Urs von Balthasar a la gloria a Dios como verdadera y profunda relación de la criatura con el creador: "Porque ninguna autoridad formal- ni del magisterio eclesial, ni la de la Escritura- es puesta en cuestión por la «gloria» del amor de Dios que se manifiesta, sino más bien todo lo contrario: solo por ella es confirmado de modo definitivo" (147).
Asimismo, recordando la centralidad de Jesucristo y su amor por los hombres que está inserta en la Revelación (145), nuestro autor señalará con gran claridad la siguiente conclusión: "la revelación no niega ninguna aspiración antropológica y natural-sobrenatural, así como ninguna consumación interna de este deseo del «cor inquietum», sino que estas son afirmadas, pues este corazón solo se comprende a sí mismo cuando ha visto previamente el amor del corazón de Dios que le ha dirigido a él y que por nosotros fue traspasado en la cruz" (148).
Finalizaremos con el texto clave del propio autor que da sentido a toda la obra: "El amor de Dios aparece ante el hombre «desde fuera» no solamente porque el espíritu del hombre es sensible, sino porque el amor tan solo existe entre personas (...). Solamente porque Dios es superior, es interior. Pero porque él sea superior no pierde el derecho, la fuerza y la palabra para revelarse a nosotros como el amor eterno, de donarse y de hacerse comprender en su incomprensibilidad. «Comnsideratio rationabiliter comprehendit incomprehensibile esse» (San Anselmo, Monologion 64)" (149).
José Carlos Martín de la Hoz
Hans Urs von Balthasar, Sólo el amor es digno de fe, ediciones Sígueme, Salamanca 2018, 153 pp.