Volver a contar la historia bíblica es el oficio de buena parte de la obra de Jiménez Lozano. Es el oficio del escriba, que ve y escucha y luego cuenta (o recuenta) la historia que, en sus entresijos, contiene el drama, siempre nuevo y siempre antiguo, del hombre. Se narra aquello que se ve y se escucha dentro, y los relatos bíblicos sueltos, oídos o leídos como cosas sucedidas a las que se ha dado muchas vueltas, se prestan perfectamente a ser contadas de nuevo.