Con Fin de siglo –referido, claro está, al final del siglo XIX-, el escritor nos propone cuatro nouvelles, que quizás sean la mejor forma para conocer a Morand y acercarse a sus puntos de vista, al sarcasmo y la ironía, al desprecio hacia lo popular y común: su extraño sentimiento de superioridad intelectual y moral, su elegante cinismo. La primera, Flor-de-Cielo, se desarrolla entre Viena y Pekín y narra las disputas de tres oficiales por el amor de una mujer que acabará trágicamente torturada hasta la muerte por los bóxers después de haberse convertido en lazarista.