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Febrero, 2014

La bibliotecaria de Auschwitz

Iturbe, Antonio G.

Sobre el fango negro de Auschwitz, que todo lo engulle, Fredy Hirsch ha levantado en secreto una escuela. En un lugar donde los libros están prohibidos, la joven Dita esconde los frágiles volúmenes de la biblioteca pública más pequeña, recóndita y clandestina que haya existido nunca.
En medio del horror, Dita nos da una lección de coraje; no se rinde y nunca pierde las ganas de vivir y de leer porque, incluso en ese campo de exterminio, "abrir un libro es como subirte a un tren que te lleva de vacaciones".

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Imagen de Azafrán

Antonio Iturbe utiliza una historia verdadera de las muchas que padecieron los judíos condenados al internamiento en campos de concentración.

Dita, la protagonista, existió y consiguió sobrevivir a la tragedia de Auschwitz. Sus padres no, como otros dos millones de judíos que desaparecieron durante la segunda guerra mundial.

Antonio Iturbe se plantea la cuestión sobre qué es lo que sujetaba a esos dos millones de seres humanos para dejarse arrestar, despojar de sus posesiones, secuestrar en los campos de concentración y mantenerse en silencio hasta el aniquilamiento.

En la historia que Antonio Iturbe hay un personaje especial, un líder capaz de mantener la moral en circunstancias tan extremas, de sostener una escuela en un barracón de Auschwitz. Es el hombre fuerte, el incorruptible, el líder espiritual, el fuerte, en el que Dita se apoya: Dita y todos los judíos que sufrían a su lado las calamidades, las enfermedades, el hambre…, pero no la desesperanza.

Fredy Hirsch llegó a Auschwitz por haber intentado ayudar a 1.260 niños llegados a Terezín, el 24 de agosto de 1943. Fredy tenía una situación privilegiada y no dudó en arriesgarla. Fue descubierto y enviado a Auschwitz donde conoció a la Dita de 15 años quien supo ver en él su guía intelectual y espiritual.

Como todos los líderes, Fredy no era perfecto. Dita lo intuye pero la realidad es tozuda, y su admiración por el hombre Fredy se ve comprometida ante situaciones que no acaba de entender, casualidades en las que descubre las debilidades humanas de Fredy. Dita también es testigo de la lucha que se impone Fredy para superar sus debilidades carnales y por mantenerse íntegro aunque esa integridad suponga oponerse a los caprichos de un alto mando de Hitler.

Y llegamos a la cuestión principal: por qué los judíos no se revelan.

En la novela de Antonio Iturbe, según se prevé la victoria de los aliados, su proximidad a los campos de concentración, los soldados de Hitler tratan de acelerar el holocausto. La comida disminuye aún más. La higiene está ausente, las enfermedades aumentan. Trasladan a los judíos capaces de trabajos forzados a otros campos.

Los judíos que representaban algún tipo de poder dentro del campo de concentración para los otros judíos se plantean una sublevación con el fin de verse libres de tanta miseria. Pero necesitan un líder capaz de aunar a todas las facciones o grupos judíos: ese líder es Fredy Hirsch.

Fredy se da cuenta de que rebelarse es poner en riesgo la vida de los más indefensos dentro de la indefensión en la que están todos. También sabe que van a morir todos si no se rebela. Pero en este último caso la muerte llegaría por la acción de los alemanes. Y si él dirige la rebelión, él se convierte en la causa directa de la muerte de los niños, mujeres y débiles. Solo se salvarían unos pocos.

Mientras Fredy considera las dos alternativas acude al barracón donde están los encargados de prestar auxilio sanitario, por decirlo de algún modo. Solicita algo para su terrible dolor de cabeza. Y no sale más de ese barracón.

Algunos piensan que se suicida para evitar el dilema. Dita no puede admitir esa cobardía en Fredy. Al final de la historia, Oto, un joven que prestaba sus servicios en ese barracón y que fue testigo de la muerte de Fredy, da a conocer a Dita lo que le ocurrió a Fredy.

No obstante, el pueblo judío es el pueblo de la fe en Dios. Un judío lee las escrituras no para disfrutar del sentido poético de los versos, ni para valorar las figuras literarias que encierra. Lee la Biblia como la historia de la relación de Dios con su pueblo. Una relación en la que exige de Israel una confianza en su palabra y le muestra como ejemplo lo que ese pueblo ha vivido durante siglos: esclavo de Israel lo libera azotando a los egipcios con diez plagas, lo conduce por el desierto durante cuarenta años alimentándole con un pan especial caído del cielo, derrumba las murallas de Jericó, vence a gigantes como Goliat…

Los judíos leen el libro de Esther. El pueblo de Israel ha sido deportado a Babilonia. El rey Asuero ha tomado como esposa a Esther, una joven judía muy bella. El padre de Esther es un funcionario de Asuero. En la misma corte de Asuero trabaja otro funcionario de mayor rango que convence a Asuero para que dicte un edicto en contra del pueblo judío. Por ese edicto, en todo el reino, se asesinará a todos los judíos, mujeres y niños el día 14 de marzo.

Esther interviene ante Asuero y consigue la muerte del instigador. Pero es Dios quien suscita en Esther y en su padre, Mardoqueo, los pasos a seguir:

“Desde mi infancia oí, en el seno de mi familia, cómo tú, Señor, escogiste a Israel entre las naciones, a nuestros padres entre todos sus antepasados para ser tu heredad perpetua, y les cumpliste lo que habías prometido.

No entregues, Señor, tu cetro a los que no son nada. Que no se burlen de nuestra caída. Vuelve contra ellos sus planes, que sirva de escarmiento al que empezó a atacarnos.” Esther 13, 16 y22

“El día trece del mes duodécimo, o sea, el mes de marzo, cuando debía ejecutarse el decreto del rey, el día en que los enemigos de los judíos esperaban apoderarse de ellos, se produjo un cambio de situación, y fueron los judíos quienes se apoderaron de sus enemigos.” Esther 9, 1

“Mardoqueo puso todo esto por escrito, y mandó cartas a todos los judíos de todas las provincias del rey Asuero, próximos y lejanos, encargándoles celebrar anualmente los días catorce y quince del mes de marzo, por eso esos días se llaman purim.” Esther 9, 17-18

El pueblo de Israel ha aprendido, durante siglos, a confiar en el Señor, que le hará fecundo como las estrellas del cielo y las arenas del mar.

 

Imagen de alegría

Libro que resulta fácil de leer pero doloroso al darse uno cuenta de lo que se está leyendo y con la conciencia de que fue real.  Impresiona el valor de Dita para soportar pasar día a día en un lugar donde todo era dolor, sufrimiento, humillación y muerte. Sin embargo sorprende su valor:   Valor para tener entusiasmo y crear algo bueno entre tanta inmundicia. Valor para arriesgar la propia vida para ofrecer algo intangible a los demás. Valor para mantener la esperanza donde no se puede esperar nada. 

Hay preguntas que me quedan sin respuesta...  ¿cuál sería el justo castigo para esos verdugos que causaron tanto sufrimiento? ¿Es un atenuante la socorrida excusa de la obediencia de órdenes? ¿puede  alguien que haya sufrido tanto tormento llegar a perdonar a quien le quitó toda la dignidad humana?

Gracias a los libros, las historias no se pierden. Gracias a los libros las historias se recuerdan. Gracias a todas las historias podemos aprender de lo que sucedió en el pasado para construir un digno presente que poder ofrecer a las futuras generaciones. 

 

M. L. King dijo:

 

La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad

sólo la luz puede hacer eso.

El odio no puede expulsar al odio

 

sólo el amor puede hacer eso.

Imagen de Pipa

El relato está basado en hechos tristemente reales. El marco: un tiempo desgraciado (la Segunda Guerra Mundial), en una Europa herida de muerte por el terrible nazismo. El drama perpetrado contra la humanidad en los campos de exterminio de Auschwitz (en Polonia) y el de Bergen-Belse (en Alemania). Allí la vida no valía nada.-
El autor describe el cinismo, sadismo, crueldad y horror producido por los SS, Cuerpo de “elite” creado por Hitler al servicio de su ideología: racistas, hipócritas, crueles, cobardes… hombres y mujeres sin piedad alguna. Soberbios o diabólicos. Actuaron al margen de toda ética y de todos los pactos y tratados de protección al ser humano, incluidos los prisioneros de guerra.- La historia narrada es una historia de supervivencia. En medio de tanto dolor, la gente lucha por la vida, quieren salir adelante y superar tanta vileza. Sus protagonistas se convierten en héroes por intentarlo.-
En el barracón 31, Hirsch ha logrado crear una escuela clandestina. Él es una persona que ha sufrido lo indecible. Pero piensa que no tiene derecho a rendirse. Y hace unas labor positiva. Se sobrepone a casi todo. Sin embargo, su figura queda controvertida, cae sobre él la acusación de ser un invertido (183-186), y con ello unas cuantas páginas a favor de que cada cuál sea lo que quiera… “La verdadera enfermedad es la intolerancia”, le dice su amiga Miriam. Y vuelven sobre ello en p. 194: Y dice en un momento dado “hay una edad en la que tu cuerpo decide por ti” (194); (195): “… castigándose por no ser lo que habría querido ser, o lo que los demás querrían que fuese”; y después de tanto luchar, se rinde ¿se rinde?...-
Por supuesto, en Auschwitz todo libro está prohibido. Pero se las han ingeniado para salvar ocho que harán las delicias (es un decir) de algunos. La precaria biblioteca es confiada a Dita, una adolescente prisionera en Auschwitz con toda su familia. A pesar de su juventud y del riesgo que supone, Dita se toma en serio su encargo. Le encantan los libros y los cuida con primor, los da a conocer, y se expone… -
En el campo de exterminio pasan muchas cosas… se ve, se oye, se habla… y en medio de todo surgen temores, miedos, desconfianzas, nervios y depresiones, pasiones y traiciones… y también amores, deseos de mejorar, de ayudar a los demás, ¡pero a qué precio!…-
El tema religioso y ético está poco trabajado. Muchos de los prisioneros son judíos. Pero no todos… Por eso en mi opinión no me parece algún que otro comentario, amargo o injusto, contra los católicos… Por ejemplo, el mote de “El cura”, a uno de los SS más sanguinario; la envidia está a la orden del día (177)… “el afán de sobrevivir de los internos provoca tal degradación moral que muchos convierten su miedo y su dolor en un rencor arrojadizo” (177); El cristianismo queda mal, no solo por alguna que otra ignorante blasfemia “le soltará tal hostia que tendrá que buscar los dientes con la lupa” (218); En un momento dado se dice: “lo que ha leído Edita me parece muy sensato. Además no podemos decir que este sea un libro sacrílego e irrespetuoso con la religión, al fin y al cabo lo único que dice es que los curas católicos son unos borrachos. En ningún lado se ofende la escrupulosa rectitud de nuestros rabinos” (259); (223) Reacción de Dita ante la muerte de su padre: “-A mí no me da la gana de resignarme (…) si tuviera a Dios delante, le iba a decir lo que pensaba de él y de su retorcido sentido de la misericordia”; hay varios comentarios acerca del diablo y el culto diabólico.- El libro tiene cierto nivel literario. Se mencionan, incluidos los ochos libros "de su biblioteca", otras obras: La ciudadela, de Cronin; Blancanieves, de Walt Disney (43); El maravilloso viaje de Nils Holgersson; Cazadores de microbios, de Paul de Kruif; La montaña mágica; Nuevos caminos de la terapia, de Freud; Gramática rusa: Breve Historia del mundo, de H.G. Well; Tratado elemental de Geometría; Un Atlas; De la tierra a la luna, de J. Verne; La Metamorfosis, de Kafka; El Conde de Montecristo, de Dumas; El hombre invisible, La guerra de los Mundos, La isla del Doctor Moreau, La máquina del tiempo (todas ellas de Wells); Reader’s Digest…; Las aventuras del Bravo soldado Svejk, de Jaroslav Hesek…-
En conjunto me parece una historia triste y valiente, a la vez; un relato de supervivencia, con factores positivos y degradantes. Gustará a los que le interese este tema.