José Ramón Ayllón construye una novela sobre la vida de Etty Hillesum, una joven judía que vivió en el campo de concentración de Westerbork, en Deventer. Si bien, Etty vivió con libertad pues podía salir a Amsterdam y regresar según su estado de salud.
La novela de Ayllón no se ajusta en los detalles al relato que hace de su vida la joven en nueve cuadernos escritos a modo de diario.
Atendiendo en primer lugar al relato de Ayllón, diremos que Etty responde al modelo de una mujer intelectual que se inmiscuye en el grupo de intelectuales que dirigen el campo de Westerbork: médicos, juristas, historiadores… Les trata de igual a igual y toma la iniciativa en la relación que termina existiendo entre ella y el médico jefe del campamento, doctor Korman.
En el diario escrito por Etty Hillesum, el doctor psicólogo de quien se enamora se llama Spier.
Ayllón crea el personaje del doctor Korman como un intelectual tímido y deprimido por el fallecimiento de su esposa y la huida de su cuñada a los EEUU llevándose a su hijo Daniel recién nacido. Su cuñado le acompañará en la dirección y organización de la vida de los judíos en el campo.
Durante el verano de 1944, Etty pidió al Consejo de Judíos su traslado al campo de Westerbork por las difíciles condiciones de trabajo en Amsterdam, donde el número de trabajadores había crecido en exceso y no cabían en el edificio. Para los judíos, conseguir un puesto en el Consejo era asegurarse la permanencia en Amsterdam.
En el relato de Ayllón, Etty llega como una judía voluntaria dispuesta a trabajar como enfermera.
Al terminar el verano, Etty se encuentra mal de salud y decide volver a Amsterdam. Su ausencia coincide con el empeoramiento de las condiciones del campamento que pasa a ser controlado por el ejército nazi directamente, el número de refugiados se triplica mientras los recursos permanecen inalterados. Con la aglomeración, el hacinamiento y la primera epidemia de tifus. Mueren o enferman muchos. Se decide sacar los cuerpos con rapidez del campamento y se tiene que cambiar el carro tirado por un pollino por un carromato tirado por caballos. Salen tres cadáveres cada noche hasta una sima próxima pues no da tiempo ni a enterrarlos. Durante todo el invierno continúa la epidemia sin solución.
Etty regresa en cuanto es posible y ayuda. Durante su estancia, llegan sus padres y hermanos al campamento y ella intenta ayudarles. En dos ocasiones su familia entra en la lista de judíos que diariamente eran enviados a Auschwitz, y en ambas ocasiones Etty consigue sacarlos de la lista. Esta protección plantea problemas a los propios judíos que tienen que decidir quien va a Auschwitz y quien se queda. En cierto modo, se sienten culpables de la muerte de los que envían a allí.
El último coronel alemán que llegó para gobernar el campo de Westerbork, parece un frívolo a quien no le importa arrancar los tablones de la sinagoga para construir un cabaret. No obstante, desde su llegada comen un poco mejor y autoriza el programa de formación para los niños y jóvenes.
Con la llegada de los soldados canadienses, todo se precipita. Se intenta que todos los judíos en Westerbork sean trasladados a Auschwitz, entre ellos Etty y su familia. Los nueve jefes judíos consiguieron escapar ocultándose en un recipiente de combustible vacío y fueron encontrados por los aliados en muy malas condiciones.
El doctor Korman recobra el sentido en el hospital donde recibe la visita del holandés que acogía a Etty en su hogar durante sus estancias como estudiante en Amsterdam. Y es este holandés quien le explica quién es realmente Etty y cómo ha ayudado a escapar a más de mil judíos del campo de Westerbork.
Ayllón presenta al lector, una heroína y una mujer admirable, llena de valores. Una mujer que trata personalmente a Dios. No sabemos que Dios, si judío o cristiano. En esto sí coincide con lo reflejado por Etty en las páginas de su diario.
El final del relato de Ayllón tampoco coincide con el final del diario de Etty Hillesum. Pero el lector ha entendido que una vida merece ser vivida, aún en las peores condiciones de un campo de concentración, si es para el servicio de los demás.
Interesante novela, para un público amplio, aunque preferentemente para jóvenes, sobre Etty Hillesum y Osias Korman, que toma pie de las cartas escritas por ella, antes de ser asesinada en Auschwitz, junto con sus padres y su hermano. Una chica de una gran personalidad, vitalista, generosa, que, a pesar de los momentos tan trágicos que tuvo que vivir, no perdió nunca la esperanza ni las ganas de vivir y de hacer el bien. Sus cartas son un testimonio de gran calidad que merece la pena leer. José Ramón nos acerca a ellas en este relato, que ayudará a la gente joven a conocer los terribles acontecimientos que sucedieron en Europa, por causa del comunismo y del nazismo, y a descubrir a una figura joven, de una gran talla moral, a pesar de su juventud. El final de la novela se aparta un poco de la historia real y este es un punto que puede suscitar desconcierto o dudas, pero el autor no lo ocuta, como se lee en las solapas del libro, que invita a reflexionar sobre el bien, el mal, el poder, el amor, la amistad... Leer artículo>>
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José Ramón Ayllón construye
José Ramón Ayllón construye una novela sobre la vida de Etty Hillesum, una joven judía que vivió en el campo de concentración de Westerbork, en Deventer. Si bien, Etty vivió con libertad pues podía salir a Amsterdam y regresar según su estado de salud.
La novela de Ayllón no se ajusta en los detalles al relato que hace de su vida la joven en nueve cuadernos escritos a modo de diario.
Atendiendo en primer lugar al relato de Ayllón, diremos que Etty responde al modelo de una mujer intelectual que se inmiscuye en el grupo de intelectuales que dirigen el campo de Westerbork: médicos, juristas, historiadores… Les trata de igual a igual y toma la iniciativa en la relación que termina existiendo entre ella y el médico jefe del campamento, doctor Korman.
En el diario escrito por Etty Hillesum, el doctor psicólogo de quien se enamora se llama Spier.
Ayllón crea el personaje del doctor Korman como un intelectual tímido y deprimido por el fallecimiento de su esposa y la huida de su cuñada a los EEUU llevándose a su hijo Daniel recién nacido. Su cuñado le acompañará en la dirección y organización de la vida de los judíos en el campo.
Durante el verano de 1944, Etty pidió al Consejo de Judíos su traslado al campo de Westerbork por las difíciles condiciones de trabajo en Amsterdam, donde el número de trabajadores había crecido en exceso y no cabían en el edificio. Para los judíos, conseguir un puesto en el Consejo era asegurarse la permanencia en Amsterdam.
En el relato de Ayllón, Etty llega como una judía voluntaria dispuesta a trabajar como enfermera.
Al terminar el verano, Etty se encuentra mal de salud y decide volver a Amsterdam. Su ausencia coincide con el empeoramiento de las condiciones del campamento que pasa a ser controlado por el ejército nazi directamente, el número de refugiados se triplica mientras los recursos permanecen inalterados. Con la aglomeración, el hacinamiento y la primera epidemia de tifus. Mueren o enferman muchos. Se decide sacar los cuerpos con rapidez del campamento y se tiene que cambiar el carro tirado por un pollino por un carromato tirado por caballos. Salen tres cadáveres cada noche hasta una sima próxima pues no da tiempo ni a enterrarlos. Durante todo el invierno continúa la epidemia sin solución.
Etty regresa en cuanto es posible y ayuda. Durante su estancia, llegan sus padres y hermanos al campamento y ella intenta ayudarles. En dos ocasiones su familia entra en la lista de judíos que diariamente eran enviados a Auschwitz, y en ambas ocasiones Etty consigue sacarlos de la lista. Esta protección plantea problemas a los propios judíos que tienen que decidir quien va a Auschwitz y quien se queda. En cierto modo, se sienten culpables de la muerte de los que envían a allí.
El último coronel alemán que llegó para gobernar el campo de Westerbork, parece un frívolo a quien no le importa arrancar los tablones de la sinagoga para construir un cabaret. No obstante, desde su llegada comen un poco mejor y autoriza el programa de formación para los niños y jóvenes.
Con la llegada de los soldados canadienses, todo se precipita. Se intenta que todos los judíos en Westerbork sean trasladados a Auschwitz, entre ellos Etty y su familia. Los nueve jefes judíos consiguieron escapar ocultándose en un recipiente de combustible vacío y fueron encontrados por los aliados en muy malas condiciones.
El doctor Korman recobra el sentido en el hospital donde recibe la visita del holandés que acogía a Etty en su hogar durante sus estancias como estudiante en Amsterdam. Y es este holandés quien le explica quién es realmente Etty y cómo ha ayudado a escapar a más de mil judíos del campo de Westerbork.
Ayllón presenta al lector, una heroína y una mujer admirable, llena de valores. Una mujer que trata personalmente a Dios. No sabemos que Dios, si judío o cristiano. En esto sí coincide con lo reflejado por Etty en las páginas de su diario.
El final del relato de Ayllón tampoco coincide con el final del diario de Etty Hillesum. Pero el lector ha entendido que una vida merece ser vivida, aún en las peores condiciones de un campo de concentración, si es para el servicio de los demás.
Interesante novela, para un
Interesante novela, para un público amplio, aunque preferentemente para jóvenes, sobre Etty Hillesum y Osias Korman, que toma pie de las cartas escritas por ella, antes de ser asesinada en Auschwitz, junto con sus padres y su hermano. Una chica de una gran personalidad, vitalista, generosa, que, a pesar de los momentos tan trágicos que tuvo que vivir, no perdió nunca la esperanza ni las ganas de vivir y de hacer el bien. Sus cartas son un testimonio de gran calidad que merece la pena leer. José Ramón nos acerca a ellas en este relato, que ayudará a la gente joven a conocer los terribles acontecimientos que sucedieron en Europa, por causa del comunismo y del nazismo, y a descubrir a una figura joven, de una gran talla moral, a pesar de su juventud. El final de la novela se aparta un poco de la historia real y este es un punto que puede suscitar desconcierto o dudas, pero el autor no lo ocuta, como se lee en las solapas del libro, que invita a reflexionar sobre el bien, el mal, el poder, el amor, la amistad... Leer artículo>>