CampoGrande

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Imagen de JavierCanals

El relato de Tara Westover es al mismo tiempo verosímil y aterrador. Su narración de los años de niñez incluye pensamientos y posturas que son más bien una proyección en el pasado de una reflexión posterior. Sus experiencias al entrar en contacto con personas «normales» y con el mundo académico, primero en una universidad mormoma, más tarde en Cambridge y en Harvard, abren paso a las cuestiones fundamentales que se plantea la joven universitaria. Quizá este capítulo sea el menos elaborado, al parecer porque la autora no ha asumido todavía una postura clara ante la fe mormona, o porque sigue resistiéndose a haber perdido su familia como pago por una educación.
Escrita con un estilo sencillo y lineal, se lee con agilidad y con gusto. Me parece recomendable.

Imagen de Azafrán

El primer problema con el que nos enfrentamos al considerar esta obra de Tara Westover es su definición. Estamos ante una autobiografía o nos referiremos a ella como obra de ficción. La literatura de Estados Unidos ser rige por la máxima de “escribe de lo que sepas”, y evidentemente, lo que mejor conocemos es nuestra vida. Además, de acuerdo con la crítica, un hecho real puede ser fuente para crear una ficción y la ficción necesita de la vida real.

La segunda característica de la literatura del siglo XXI es la superación de la barrera espacial. Podríamos hablar de globalización en la novela. La protagonista del relato de Tara Westover, Una educación, viaja con su familia de norte a sur, recorre los estados que separan a Idaho de Arizona, para visitar repetidamente a sus abuelos maternos, antes de comenzar su proceso educativo, y posteriormente, viaja a Europa, estudia en Cambridge, Reino Unido, y regresa a Harvard, en el este de los EEUU.

Las malas condiciones de los viajes de la primera parte de la novela causan serios accidentes con repercusiones graves en la salud de la familia; los viajes que realizará Tara durante su proceso educativo tendrán como finalidad recuperar su lugar en la familia, lugar que ha perdido en la estima de los suyos al elegir la educación y, por lo tanto, son momentos de gran angustia y sufrimiento pues no está segura si será aceptada o rechazada, si tendrá que enfrentarse a los suyos, si sufrirá nuevas agresiones…

Estamos pues ante un texto narrativo que enfrenta al lector a un drama: el drama de una joven muy inteligente que ha sido privada por su familia de todo acceso a la enseñanza. Esta joven ha crecido en una familia fuertemente condicionada por una mentalidad mormona y por la enfermedad psicológica del padre obsesionado por vivir con los suyos fuera del control del estado.

Tara se prepara para el acceso libre a la universidad y consigue una beca para estudiar. Los profesores la ayudan a conseguir un puesto en Cambridge y ella aprovecha la oportunidad, a pesar, del boicot que sufre por parte de su familia, sobre todo, de su padre.

El drama de la violencia en su familia, con un hermano abusón, no reprendido por el padre y disculpado por la madre acarrea gran sufrimiento a las hermanas e incluso a la esposa del violento. Sin embargo, la familia cierra filas en torno al abusador y causan una confusión mental en Tara quien no está segura de lo acertado de su lucha personal contra el violento de la familia. Esta sería la vuelta de tuerca: no solo ha sufrido violencia verbal y física en su familia; además lo justifica pensando que quizás sea culpa suya por no haber sabido reaccionar o por algún comportamiento suyo anterior desencadenante de la violencia, lo que genera su baja autoestima y su confusión mental.

Encuentro un paralelismo entre la evolución de la historia de la literatura y la evolución del pensamiento de Tara, protagonista de la novela.

Durante los primeros años de su vida, está sujeta tanto al pensamiento religioso extremo de su padre como a la influencia de un condicionamiento conductual derivado de su enfermedad psicológica. Como los pilgrims llegados a Nueva Inglaterra en el Mayflower, 1623, fundadores de la primera colonia de puritanos, críticos del anglicanismo. Sus primeras manifestaciones escritas hacen referencia a documentos y consejos agrícolas porque las novelas corrompían el pensamiento.

Su preparación para la universidad y su primer año en ella fue un choque para Tara: se enfrentó con otras realidades y descubrió que el hombre, con su potencial puede superarse y vencer los obstáculos sociales. En la universidad Tara descubrió la lucha del hombre por dominar al hombre, leyó El protocolo de los hombres sabios de Sión, supo de la Segunda Guerra Mundial, del holocausto nazi…

La literatura del realismo acompañó los años de la Guerra Civil 1861-1865, hasta acabar el siglo. Durante el realismo a clase media se mostraba abierta al conocimiento de lo que pasaba en pequeñas comunidades diferentes. Es lo que se denomina “literatura de color” representando la realidad exactamente, con sus problemas y dificultades. A este periodo pertenecieron Louis May Alcott, autora de Mujercitas; Mark Twain con Huckleberry Finn; Charlotte Perkins Gilman, con El papel tapiz amarillo, citado como ejemplo de realismo psicológico en el que el drama es la angustia de una mujer que vive en una habitación empapelada de amarillo y termina por enloquecer.

Características del realismo que pueden encontrarse en “Una educación” es el énfasis que se pone en describir a los personajes olvidando un poco la acción. Y que deja de poner su atención en las clases altas. En la obra de Tara se pone la atención en las clases bajas. Esta segunda característica nos acerca al naturalismo.

Los escritores del naturalismo americano creen que hay fuerzas que gobiernan la vida humana. Fuerzas que es necesario estudiar y comprender como las pasiones y los instintos, así como las fuerzas del medio ambiente.

La libertad del ser humano puede verse coartada por esos instintos o por los condicionamientos de la herencia. Los escenarios en los que se desarrolla la novela son urbanos generalmente. Aunque también pueden ser escenarios naturales como los elegidos por Jack London. Aparecen los avances técnicos en las novelas: maquinarias, trenes, etc. El hombre tiene que vencer a la máquina.

El conflicto se da entre el hombre y la naturaleza, entre el hombre y sí mismo, una crónica de la desesperación… el hombre tiene que vencer a la civilización y las presiones sociales afectan a su individualidad.

El final de la novela, que coincide con el logro del desarrollo intelectual de Tara, de su trabajo en la universidad, de la realización del sueño americano: todo que él lucha lo consigue en este país, participa de las características de la novela del siglo XX. Por citar algún ejemplo, El gran Gastby, de Scott Fitzgerald o las novelas de Hemingway.

Imagen de polvorista

Autobiografía en la que con una narrativa rica y con un ritmo sosegado, la autora cuenta la vida de una chica nacida en una montaña de Idaho en el seno de una familia mormona fundamentalista. Es magnífico el modo de describir la influencia que se puede ejercer en la mente y costumbres de una persona, llegando a la manipulación e incluso fragamentación de la personalidad si no se  aprende a salir de esa situación. En este caso es la necesidad de saber de la protagonista la que la va liberando de una visión muy radical y pequeña en la que vive e influida por el carisma de cada uno de los miembros de su familia. Hay una sensación de culpa durante muchos años, diversas crisis existenciales y una sinceridad que por medio de la educación, formación, va superando. Realmente notable.

 

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Es un libro extraño. No voy a decir que algo distinto a lo que me esperaba porque, en realidad, lo he leído porque me lo han recomendado, sin saber demasiado de qué iba. Es una historia real -al menos así se presenta- de una familia mormona, con un padre exaltado y peligroso. Una de las hijas es quien escribe el libro. Cuanta muchas de las cosas curiosas que le pasaron trabajando para su padre, enfrentamientos con sus hermanos, etc. Me ha resultado un tanto reiterativo. Es más, diría que es muy largo, porque, independientemente del número de páginas, nada despreciable, me parece que podría haber contado esa historia en un espacio muchos más breve. Es recomendable, en el sentido de que no tiene inconveniente ninguno, e incluso que el planteamiento de la autora es positivo, pero yo no animo demasiado a leerlo porque me parece que para tantas páginas no tiene suficiente interés. Leer artículo >>