Villanueva

Moderador: Gabriel Rodríguez Pazos

Universidad Villanueva. Costa Brava 6, Madrid.

Cuarto miércoles de mes, a la hora del almuerzo. 

Mayo, 2014

El librero de París y la princesa rusa

Clark Bremer, Mary Ann

Una breve novela romántica que cuenta una breve historia en París, una historia de amor a los libros y de sentimientos disimulados. El buen hacer de la autora consigue el aura de misterio, y la brevedad produce el deseo de conocer más datos, que no aparecen.

Comentarios

Imagen de amd

~~Con este sugerente  título y en apenas sesenta páginas, la autora cautiva y sorprende con una “bella” historia de amor, un amor imposible quizá. En este breve relato, ya con un estilo personal muy marcado, se pueden apreciar las mismas características que aparecen en sus obras anteriores más conocidas: Una biblioteca de verano y Cuando acabe el invierno.
 A partir de los años 70 (cuando la autora ya había cumplido los cuarenta años), comienza a escribir sus memorias en forma de breves novelas, que le van a servir como desahogo del dolor y la tristeza que han impregnado su vida (la muerte de sus padres al final de la Segunda Guerra Mundial, el fallecimiento de su esposo…). Partiendo de sus propias experiencias, recoge fragmentos de vida narrados entre el diario y la novela, la autobiografía y la ficción, con un estilo literario muy atractivo próximo al de Virginia Woolf, una de sus escritoras favoritas.
 Y es que en esta obra las referencias literarias y artísticas son fundamentales para comprender mejor el argumento y el sentido final del texto. No se pueden olvidar las alusiones continuas a La casita de Jean-François de Bastide o a Los mandarines de Simone de Beauvoir, así como a las novelas de Virginia Woolf o de Katherine Mansfield, que están entre las preferidas de la narradora y de la propia princesa protagonista: una forma magistral de conocer más literatura a través de la misma literatura. 

Imagen de acabrero

En algún momento de la lectura de este pequeño libro pensé que estaba ante una historia mínima como excusa para un derroche de belleza literaria. ¡Qué pocas veces nos encontramos con un libro que nos enamora por sus expresiones! La última vez con “Al faro” de Virginia Wolf. Ahora con Mary Ann Clark. Experimentar la emoción de leer, sin más, me lleva siempre a acordarme del traductor. Como casi siempre, un nombre desconocido, y sin embargo qué valioso. Después, cuando ya sobrepasé la mitad del relato, me acogió la emoción de la breve historia de unos días. Una historia de amor, una historia de libros, una historia de personas sensibles ante la belleza.

Podríamos decir que es el típico libro de regalo. En estos tiempos de crisis, poca gente se gasta más de 10 € en un librito minúsculo. Por eso es especialmente aconsejable para un obsequio. Está claro que un regalo a un buen lector. Lo agradecerá siempre.