Moderador: Gabriel Rodríguez Pazos
Universidad Villanueva. Costa Brava 6, Madrid.
Cuarto miércoles de mes, a la hora del almuerzo.
"El libro de la señorita Buncle" es casi un cuento, con moraleja y trasfondo moral, un mapa para volver a descubrir la magia de las pequeñas cosas, la ingenuidad, el romanticismo y ese agudo humor inglés que nos gusta a los que trabajamos con las palabras. La trama es sencilla: una mujer soltera, residente en la campiña inglesa, necesita dinero y se atreve a escribir un libro sobre el pueblo en el que vive, efectuando en el relato un retrato fiel de sus vecinos, con la idea de que jamás se publicará. Página a página, los vecinos y la realidad de Bárbara Buncle se entremezclan con los personajes y vida de Elizabeth Wade, su alter ego de ficción; y dada la forma en que la autora Dorothy Emily Stevenson juega con los dos grupos de personajes, nos lleva a pensar si también hay algo de ella y sus amistades en la obra.
Su lenguaje y estilo son tan frescos y divertidos que resulta un conjunto atemporal. Los temas que aborda también lo son: el acto creativo de escribir, el mundo editorial, la repercusión en el público lector y la relación de la literatura con la vida real están presentes en todo momento, así como otras ideas que se muestran a través de los estereotipos hechos personaje. Es una lectura agradable, de las que luego te hacen sonreír cuando la recuerdas, por lo encantador y redondo del "todo" (Ana María Ortega Díaz)
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El desdoble de la personalidad, tema presente en la novela de su tío Robert Louis Stevenson El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde, se da igualmente en el personaje de El libro de la señorita Buncle: una joven tímida y apocada, con un vestuario de mal gusto, y su alter ego, la autora de una novela dentro de la novela, Elizabeth Wade, segura de sí misma en quien se transforma Barbar Buncle, después de hacerse la permanente y renovar su vestuario en Londres.
Barbara Buncle o Elizabeth -las dos en una misma persona- es capaz de conquistar al editor, el Señor Abbot, un hombre justo que no se aprovecha de la simpleza de la autora de las novelas y le redacta contratos con una justa retribución. No es un regalo. Barbara Buncle perderá su pueblo, Silverstream, perderá el afecto de sus vecinos o por lo menos de aquellos a los que critica en sus novelas. Y finalmente tendrá que salir de su casa y abandonar su entorno.
Pero resumamos la historia. Barbara Buncle, protagonista de El libro de la señorita Buncle, decide escribir una novela realista donde retrata los vicios y virtudes de sus convecinos. Ese libro lo firma como John Smith, clara alusión al autor del primer libro de la literatura norteamericana quien relata el amor de Pocahontas por el soldado británico a comienzos del XVII y cuya ayuda le permite salvar la vida.
Barbara Buncle quiere ayudar a sus vecinos presentando su manera de vivir como en un espejo con la intención de actuar en ellos como revulsivo y empujarles a un cambio en sus vidas. Y lo cierto es que lo consigue escribiendo una novela titulada El perturbador de la paz. El pueblo de Silverstream será en la nueva novela Copperfield e igualmente todos los convecinos de Barbara Buncle tendrán su personaje paralelo en la nueva novela de la señorita Buncle. El lector asiste a las reacciones de los convecinos cuando descubren a su personaje paralelo y en él, los defectos que Barbara Buncle o John Smith critica. Pocas personas saben ver en esa novela lo positivo y apreciar el sentido del humor de la señorita Buncle.
Lo cierto es que las soluciones que propone en su novela la señorita Buncle a los problemas que los vecinos padecen por sus propios defectos personales terminarán ayudándoles a superarlos y a ser felices, al menos, en la mayor parte de los casos.
Pero lo más interesante de la novela es la construcción metaliteraria que D.E. Stevenson hace en esta novela.
En la segunda parte de la novela, el editor Sr. Abbott pide a Barbara Buncle que escriba una segunda novela que volverá a firmar como John Smith. En esa segunda novela, Barbara Buncle se referirá a la primera –El perturbador de la paz- con otro título Ahogados en un vaso de agua, a la hora de relatar las reacciones que los personajes paralelos de sus convecinos tuvieron ante la publicación de su primera novela, a la que no podía citar directamente para no descubrirse. Y el título que elige para esta segunda parte será Más poderosa es la pluma…
Así pues, encontramos cuatro círculos concéntricos de novela y su autor dentro de otra novela y su correspondiente autor:
1 D.E. Stevenson que escribe El libro de la señorita Buncle
2 La señorita Barbara Buncle, quien se transforma en la escritora Elizabeth Wade y que escribe El perturbador de la paz, como John Smith
3 Barbara Buncle, transformada en la escritora Elizabeth Wade, que escribe la segunda parte Más poderosa es la pluma… como John Smith y dentro de esa segunda novela se refiere a la primera novela como
4 Ahogados en un vaso de agua en lugar de utilizar El perturbador de la paz.
No podemos dejar de mencionar el mundo de valores que encierra esta obra. Para la autora hacer el bien a los otros conlleva siempre un premio:
Para la señorita Buncle, hacer el bien a sus convecinos la llevará a la riqueza y al matrimonio. Para el vicario, Ernest Hathaway, al desprenderse de las rentas de un año para ayudar a los necesitados, se ve libre de una mujer que no le amaba y sólo pretendía su fortuna, Mss Greensleeves.
Para Sally Cather, la joven compañera de la señorita Buncle que le aconseja sobre el vestuario y el aspecto físico, que pretendía ayudar al vicario remunerándole las clases que le daba de historia, consigue un matrimonio con un hombre rico… El vicario se enamora de ella y le confiesa que posee una gran fortuna.
Pero detrás de todos estos ejemplos, la intención de la autora es una reflexión sobre el poder de la pluma, de la palabra escrita, como medio para hacer el bien a los otros, aunque sea bajo la forma de una crítica.
La mayoría de los personajes representan el mundo de las apariencias sociales, y esa frivolidad les incapacita para ver en la protagonista, su gran atractivo: su sencillez.
El libro es una sátira de las apariencias sociales, el modo que la autora utiliza para mostrar lo patético de esa actitud es simplemente mostrarla, ponerla al descubierto.
Al ponerles delante la verdad sobre ellos mismos, se podría pensar que reaccionarían de otro modo, pero no, la gran mayoría se ofusca, con lo que la autora pone de manifiesto lo que cuesta reconocer cómo somos.
Los que reaccionan bien son los que no suelen caer en la frivolidad de la hipocresía, los amigos de la protagonista, y es que la amistad sólo crece en el terreno de la sinceridad.
No voy a repetir las afirmaciones recogidas en las anteriores reseñas. En efecto, es un libro encantador y ocurrente, que me ha hecho pasar un rato agradabilísimo por su ingenio, tono desenfadado y ocurrencias divertidas.
Añadiría a las anteriores reseñas, que la presente obra presenta fundamentalmente un mundo femenino, un carácter femenino interesante: está escrita por una mujer, los personajes centrales y de más peso son mujeres, los diálogos más chispeantes están en boca de mujeres…; en definitiva ofrece un buen escaparate para acercarse al mundo femenino, para indagar el carácter femenino, no sólo en la época en que transcurre la acción, sin que transciende a otra época tal como la nuestra.
Amable, simpático y divertido. La moraleja es ¿qué pasa cuando te ves retratado en un libro? Las reacciones de los vecinos del pueblo de la señorita Buncle son muy diversas, y eso le lleva al lector –seguramente a casi todos- a pensar en qué pasaría si se viera reflejado de la misma manera. Nos cuesta reconocer que somos como somos. En esta historia las reacciones de los diversos protagonistas dan pie a diversas situaciones, casi siempre divertidas. Escrito con estilo, no deja casi nada a la imaginación del lector, es fácil de leer y siendo un libro para pasar un rato entretenido, además sugiere una reflexión al lector.
"El libro de la señorita Buncle" es casi un cuento, con moraleja y trasfondo moral, un mapa para volver a descubrir la magia de las pequeñas cosas, la ingenuidad, el romanticismo y ese agudo humor inglés que nos gusta a los que trabajamos con las palabras. La trama es sencilla: una mujer soltera, residente en la campiña inglesa, necesita dinero y se atreve a escribir un libro sobre el pueblo en el que vive, efectuando en el relato un retrato fiel de sus vecinos, con la idea de que jamás se publicará. Página a página, los vecinos y la realidad de Bárbara Buncle se entremezclan con los personajes y vida de Elizabeth Wade, su alter ego de ficción; y dada la forma en que la autora Dorothy Emily Stevenson juega con los dos grupos de personajes, nos lleva a pensar si también hay algo de ella y sus amistades en la obra. Su lenguaje y estilo son tan frescos y divertidos que resulta un conjunto atemporal. Los temas que aborda también lo son: el acto creativo de escribir, el mundo editorial, la repercusión en el público lector y la relación de la literatura con la vida real están presentes en todo momento, así como otras ideas que se muestran a través de los estereotipos hechos personaje. Es una lectura agradable, de las que luego te hacen sonreír cuando la recuerdas, por lo encantador y redondo del "todo" (Ana María Ortega Díaz)
“El libro de la señorita Buncle” se publicó por primera vez en Londres en 1934, pero esta apacible crónica podría suceder en cualquier pueblecito de provincias de cualquier otra época. La traducción es muy buena y se lee con mucho gusto, aunque, al no estar traducidos los nombres de los personajes ni los topónimos, se pierden algunos juegos de palabras y los dobles sentidos que utiliza la autora para hacer una sátira llena de sutilezas, ingenua y maliciosa a un mismo tiempo. En definitiva, esta crónica de un pueblo inglés, que aparentemente solo relata la vida cotidiana de sus habitantes, se convierte en una interesante novela dentro de la propia novela, transformada por la mirada de la señorita Buncle que hace mucho más interesante la realidad: una galería de personajes, perfectamente caracterizados y convincentes, en la que los “buenos” lógicamente saldrán airosos.
Novela divertida cuyo tema es la escritura de otra novela donde los personajes son los vecinos de la propia autora. Se lee muy bien; es sencilla y clara con gran diversidad de perfiles de personajes que la enriquecen.
Recomiendo esta encantadora novela. Para mí ha sido como una suave y reconfortante brisa fresca después de leer una voluminosa y espesa novela.
Novela fresca, ocurrente, metaliteraria y divertida, sazonada del más inteligente humor inglés.