Moderador: Gabriel Rodríguez Pazos
Universidad Villanueva. Costa Brava 6, Madrid.
Cuarto miércoles de mes, a la hora del almuerzo.
Novela corta cuyo protagonista es un anciano que huye en barco de su país, un lugar innominado de Extremo Oriente, llevando en brazos a su nieta. Al llegar a tierras occidentales, vive en un centro de acogida y saca a su nieta a tomar el aire a un parque. A pesar de ignorar el idioma entabla amistad con otro hombre, tan solitario como él, quien le cuenta que muchos años atrás estuvo en el país de donde el anciano procede, en una guerra en la que le obligaron a participar.
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Una deliciosa novela que con
Una deliciosa novela que con un lenguaje sencillo y fácil lectura, nos narra una historia llena de sentimientos positivos -amistad, esperanza, deseos de vivir- pero también transmite la frialdad de la sociedad en el devenir de lo cotidiano -incomprensión, sufrimiento...-
Muy interesante y recomendable.
Esta entrañable narración de
Esta entrañable narración de Philippe Claudel es una de esas novelas que se leen en un santiamén y dejan un agradable sabor de boca. Por el tema, por el modo de contarlo, por la humanidad de los personajes. Por la esperanza que emana del protagonista, pese al pesimismo habitual de este autor.
El señor Linh ha huido de un país no nombrado pero que, como se aprecia, tiene que ser Vietnam, después de una de las muchas guerras que ha sufrido su patria. En esta han perdido la vida su mujer, sus hijos y la mayor parte de los habitantes de su aldea. Solo le queda una nieta, Sang Diu, de pocas semanas de edad. A su llegada a un país occidental, presumiblemente Francia, es alojado en un antiguo almacén junto con otros refugiados. Una vez que se atreve a abandonar el edificio para que la niña tome algo de aire, entabla una conversación sin palabras con un hombre gordo, fumador empedernido, que confunde la fórmula de saludo de Linh con su nombre. A pesar de no entender ni una palabra, Linh aprecia en ese hombre, llamado Bark, un ansia de amistad y de cariño, de modo que se ven a diario en el banco de un parque.
La narración da dos giros inesperados que ponen en peligro la armonía en la vida de Linh y la amistad con Bark.
Preciosa novela, que puedo recomendar a cualquiera.
En mi opinión es una pequeña
En mi opinión es una pequeña joya literaria de las que aparecen esporádicamente. Un anciano de un desocnocido país de oriente huye de la guerra con su nieta hasta un país occidental donde vive un tiempo en una casa de acogida. No conoce el idioma pero en sus paseos se hace amigo de un hombre mayor y gordo. El modo en el que se narra la vida del viejo, unido a la naturalidad con la que se va deslizando la amistad y el sacrificio, hacen emotiva y atractiva su lectura.
Es la obra perfectamente
Es la obra perfectamente concebida y brevemente expuesta, de un escéptico. Philippe Claudel es un pesimista, con ese pesimismo propio de quien no tiene solución en su vida. La existencia de las personas es anodina y sin sentido. Es dolorosa y sin remedio. Y por si al lector le cupiera alguna duda nos presenta en sus novelas el espejismo y la decepcionante realidad. No es este autor un bicho raro; más bien es lo que hay, en la mayoría de los autores, pues cuando falta sentido trascendente, la vida queda reducida a unas cuantas sensaciones siempre pobres y, en todo caso no duraderas.
En el señor Linh solo queda un resquicio de alegría que es la amistad. Hay alguien que le quiere. Cuánto durará esa relación de confianza es lo de menos, pero al menos existe. Todo lo demás es engaño, es locura, es sueño. Y lo mismo que le ocurre a D. Quijote, del señor Linh se ríen, sin que él, en su locura, se dé cuenta. El loco es siempre un incomprendido, se siente un incomprendido, y eso le hace sufrir, pero no desistir de lo que le da la auténtica vida, la esperanza de su nieta. Leer artículo 1 >>, leer artículo 2 >>
Después de una gratificante
Después de una gratificante lectura de la obra de Claudel, y quedar prendido del lirismo con que dibuja la amistad como medio de superar la crudeza de una vida erradicada, he leído la reseña que nos ofrece Azafrán que suscribo: me planteo tal como lo hace en sus dos últimos párrafos, donde se pregunta por las intenciones del autor, ¿cuá es su mensaje?
Si lo importante es lo que cree el señor Linh y el motor de su existencia es su nieta, qué esconde el autor al desengañar al lector con una proposición intencionada que da que pensar.
Es posible que quiera lanzarnos al abismo del absurdo de la vida, donde lo más apreciable y humano es un puro sueño, un sinsentido irreal. A la postre da la impresión que el autor no tiene respuesta para la belleza y hermosura de la existencia humana, y apunta con cierta intención en la línea de una quimera fatua que a su parecer informa la vida.
Si quedase alguna duda de las intecines del autor, releer al final la joya de dedicatoria del libro.
Un libro con mucho más fondo
La amistad, la familia, el valor de perseguir nuevas oportunidades fuera de nuestro país de origen... el desaliento por perseguir esperanzas absurdas, la búsqueda de sentido en la vida, la locura ante el sufrimiento... Estas son alguna de las múltiples facetas que pueden presentarnos este breve libro, todo depende de quien lo lea y de lo que pretenda encontrar.
El juego, el giro inesperado que hace el autor al final de la obra, puede llegar a cambiar totalmente nuestra visión del personaje principal al que presenta como un loco. Sin embargo, a mi me lleva a pensar hasta qué punto está realmente imbuido en la locura este hombre. Él persigue una ilusión que materializa de una forma muy concreta y que da una imagen que puede resultar patética, pero ¿cuántas personas hay que persiguen ilusiones totalmente superfluas buscando dar un sentido a su vida? No los llamamos locos, no nos llamamos locos porque nuestras ilusiones parecen encauzarse dentro de lo "normal" que muchas veces es, simplemente, lo corriente.
~~Relato entrañable narrado
~~Relato entrañable narrado en tercera persona, pero siempre desde la perspectiva del anciano protagonista, un hombre pequeño, delgado y frágil, capaz de los mayores sacrificios por su nieta. Así pues, prácticamente todo el relato es un claro ejemplo y modelo de “tercera persona limitada” o selectiva, que consiste en presentar los hechos desde el punto de vista (o focalización) de uno o varios personajes, que prestan su propia visión de la realidad a la voz del narrador.
En segundo lugar, la novela nos propone la historia de una gran amistad: así, para encontrarnos bien en un lugar, lo importante no es el propio espacio, ni la ciudad, ni el país que puede resultar inhóspito; lo importante es nuestra relación con las personas, porque si tenemos un amigo, todo se puede ver de otra forma. Un solo amigo puede ponerle cara, olor, sabor… a un país, y nos puede hacer el entorno más agradable y cercano; incluso aunque no hable nuestro idioma, solo con su presencia nos puede dar paz y seguridad.
Por último, el señor Linh encierra en su persona el valor de todo un pueblo: el recuerdo de las raíces de su tierra, de sus antepasados y de sus muertos, de las costumbres y de las tradiciones. Aunque su origen haya sido muy pobre y su vida esté llena de trabajo y esfuerzo, nunca olvidará la felicidad de su infancia, la fantasía de sus leyendas, la esperanza de sus canciones (la nana de la esperanza que una y otra vez le canta a su nieta). En su modesta maleta, que contiene sus mayores tesoros, solo lleva un saquito de tierra y una foto descolorida, la única forma ya de seguir atado a “su aldea, su país, su tierra, que ama y lleva en lo más profundo de su ser”.
Deliciosa y entrañable fábula, fácil de leer, que narra los sentimientos de un anciano exiliado, trasladado donde todo es diferente: costumbres, paisajes, olores, comidas, la lengua...
El lenguaje, sencillo, casi minimalista, descriptivo en lo esencial, poético, nos sumerge en la cabeza y el corazón del pequeño señor Linh, un hombre que ha perdido todo a causa de la guerra... Solo le queda en su corazón el amor por su nieta, por la que es capaz de superarse y hacer lo que sea por ella. Es fácil identificarse con sus miedos, sus incertidumbres, su soledad, sus pequeñas grandes esperanzas (el amor a su nieta y la amistad)...
Una soledad profunda en medio de mucha gente, multitudes que van y vienen, que corren todo el día pero no se miran a la cara, o que esperan en silencio, dócilmente, a que les digan a dónde ir... pasando mucho frío... “el anciano no entiende sus palabras, pero sí sus gestos” (11)... Cuántas veces los gestos son vehículo de comunicación: una sonrisa, el tono de la voz, una mirada expresiva...un gesto de acogida, de cariño, de amabilidad...
Él hace las cosas por su nieta: no tiene ganas de comer, pero comprende que ha de hacerlo porque tiene que reponer fuerzas....”si no por él, por la niña”.
Qué importancia da a esas sensaciones de los sentidos que palpitan en su corazón: el sabor, los colores y olores de su tierra... (13, 14) Es verdad que en el nuevo país, le llevan a lugares limpios, con un calor agradable frente al frío de la calle. Pero se siente como un objeto, no le piden opinión... Muy aséptico, pero terriblemente despersonalizado...
Sorprende lo mal que se portan con él afectivamente hablando las dos familias compatriotas del dormitorio común de primera hora, encerrados en ellos mismos... Quizás porque también desconfían de todo. Entre ellos se han conocido en estas circunstancias adversas. “Todos miran al anciano (al llegar de nuevas al dormitorio común) como un intruso” (13).... “No obstante, la corrección oriental les hace esforzarse en darle la bienvenida... Pero luego le ignoran, se ríen o se burlan de él....
Son elocuentes sus silencios: unas veces para ocultar que le da miedo salir otras para gozar en la intimidad con sus propios pensamientos...
Pero encuentra un apoyo, un amigo, en el hombre gordo del banco... Bark se llama... un ser solitario de buen corazón que comparte con él su situación y sus estados de ánimo... Ambos son sensibles a los detalles mutuos aunque sean mínimos. Se atienden aunque no entiendan las palabras, siguen su entonación... y reconocen alegrías y tristezas, lo intuyen...
El inesperado y sorprendente final nos vuelve a dar la clave de la esperanza y los deseos de vivir del protagonista: el amor a su nieta y la amistad sincera de su amigo el hombre gordo.
El señor Linh huye de la guerra que se desata en su aldea, en su país. Así comienza el relato, en el propio barco, desde cuya cubierta el anciano Linh ve desaparecer su pasado, su familia, su aldea.
Y, seis semanas después, llega a un puerto de una indeterminada ciudad, con un gran tráfico de mercancías por vía marítima. Ha sido un travesía larga.
El lector sólo percibe lo que el anciano señor Linh experimenta: el núcleo de su vida es su nieta –pasado y futuro-. Todo es extraño en el nuevo país, ajeno; incluso sus compatriotas se burlan de él. En su primera salida del refugio para emigrantes conoce al señor Bark, un hombre grande y grueso que fuma sin parar y que le ofrece una cháchara interminable en una lengua para él totalmente desconocida.
¿Qué comparten los dos hombres de culturas y lenguas tan distintas? El dolor de la soledad: ambos han perdido a su familia y entienden –sin palabras-, intuyen el sufrimiento del otro. El extrañamiento de sus existencias en medio de una sociedad indiferente cuando no hostil. Un dolor que les lleva a intentar descubrir cómo ser útiles a otro: el señor Linh pide cigarrillos en la casa de refugiados y se los regala al señor Bark; el señor Bark compra un vestido para la nieta del señor Linh. También Bark le invita a comer a un restaurante: desearía reparar el daño que quizás hizo en algún país de oriente, donde ejerció de soldado: tal vez el propio país del señor Linh.
¿Cuál es el tema principal de esta prosa poética? Prosa poética porque utiliza la ambigüedad como recurso para acercarse a la realidad concreta de cualquier lector.
A primera vista el tema central podría ser el valor de la amistad como medio para superar la soledad extrema y el dolor. En este punto se encuadra la relación entre Linh y Bark. Juntos podrán superar igualmente la marginación de los demás.
Pero parece que nos olvidamos del propio título de la novela: la nieta.
Y así es. El lector parece pasar de puntillas sobre algunas pistas que va dejando el escritor: ¿qué significa esa muñequita catalizadora de los afectos y de los intereses de Linh y por simpatía también del interés del señor Bart?
Tanto Linh como Bark son personajes desdibujados. El lector cuenta con un par de pinceladas para idear su retrato. El argumento no es otra cosa que el devenir de la amistad de estos dos seres marginados que comparten su situación.
Lo importante para el autor es lo que cree el señor Linh, lo que espera, por lo que lucha, el motor de su existencia: su nieta. Pero ¿qué es en realidad el motor de su existencia? ¿Qué sustenta su esperanza? ¿Es real aquello en lo que funda su fe más firme? ¿Por qué los demás, empezando por su amigo el señor Bark, no le cuentan lo que piensan sobre su manera de enfocar su existencia? ¿Se sienten, los compatriotas, el médico, el personal del refugio, la gente de la calle, superiores al señor Bark? ¿Y su amigo Bark, por qué le compra el vestido para su nieta? ¿Qué quiere el autor esconder detrás de “la nieta del señor Linh”?
pienso que es un libro, que aunque sea un poco cursi, cuenta de verdad lo que es el amor y la amistad. Lo recomiendo, pues es muy breve y facil de leer.
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