Hay libros, como El Danubio de Claudio Magris, por poner un ejemplo modélico, que nos permiten descubrir horizontes culturales enriquecedores. Otros, no menos necesarios, nos acercan a realidades amargas o incluso deletéreas. Es el caso de Cien años de literatura a la sombra del Gulag (1917-2017) (Rialp), de Adolfo Torrecilla. Un trabajo ingente, fruto de muchísimas lecturas sobre la represión en la Unión Soviética y los países satélites y en China, Camboya, Corea del Norte y Cuba, dominados por regímenes totalitarios comunistas, con un número de víctimas que, según los historiadores, se acerca a los cien millones, entre ejecutados, encarcelados, deportados…