Pienso que todos habremos comprobado en más de una ocasión la fascinación que el color produce muy pronto en los niños, casi desde los primeros meses, y que, cuando tienen aún pocos años, basta con darles una hoja de papel y unos lápices o unos rotuladores para mantenerlos entretenidos durante un buen rato. Michel Pastoureau, historiador francés, reconocido mundialmente por sus investigaciones sobre el color, los símbolos, la heráldica, en Los colores de nuestros recuerdos, que se acaba de traducir, nos ofrece un libro fascinante, a caballo entre las memorias, la divulgación y la erudición: un texto ameno, pedagógico, escrito con excelente prosa y bien traducido por Laura Salas Rodríguez.