Lidia Chukóvskaia (San Petersburgo, 1907 – Moscú, 1996), hija del famoso escritor para niños, traductor y crítico Kornéi Chukovski, cultivó también distintos géneros —poesía, memorias, crítica literaria, narrativa—. Gracias a su padre, tuvo acceso al mundo de laintelligentsia rusa durante un periodo especialmente tumultuoso. Muy pronto se enamoró de Matvéi Bronstein —físico teórico pionero en el desarrollo de las teorías cuántica y de gravitación y autor de libros infantiles de divulgación científica—, que fue arrestado en 1937 y ejecutado en 1938. A Lidia Chukóvskaia se le comunicó que había sido condenado a un campo de trabajo durante diez años, sin derecho a correspondencia. A partir de entonces, su vida se pareció cada vez más a la de la protagonista de su Sofia Petrovna. Una ciudadana ejemplar, novela escrita durante ese periodo y que no pudo publicarse en su país hasta cincuenta años después.
Lidia Chukóvskaia escribió varias cartas en contra de la persecución del joven Joseph Brodsky (o Andréi Siniavski y Yuli Daniel) en la década de los sesenta, y Solzhenitsyn y Sájarov en la de los setenta. Debido a este apoyo a los disidentes, Chukóvskaia perdió el derecho a publicar en la Unión Soviética. Íntima amiga de Anna Ajmátova, una de sus obras principales consiste en la consignación de veinte años de conversaciones y vivencias con la poeta, tal y como Eckermann hizo con Goethe.