La sociedad moderna lleva con gran frecuencia a pensar en uno mismo. Muchos modos de hacer, de concebir la vida, llevan simplemente a pensar en lo que me gusta. Pocas veces en nuestros planteamientos vitales aparecen los demás. Por eso llama más la atención observar que en estos días de desastres naturales vemos a muchas personas, jóvenes y no tan jóvenes, que se prestan a ayudar, incluso a desplazarse para ver en qué puedo servir.