Pensar la sociedad

 

Es muy interesante este trabajo colectivo titulado “Incorporación y desincorporación en Castilla (Siglos XVI-XIX), editado por Juan Hernández Franco y Thomas Glesener donde se recogen un buen número de comunicaciones, especialmente de profesores de la Universidad de Murcia, para caracterizar la nobleza en el tiempo reseñado.

Indudablemente, el primer objetivo de este interesante trabajo es caracterizar la nobleza en la edad moderna y, por tantos, los parámetros habituales de referencia, objetivos y consideración de una corporación tan clave que tardó en periclitar hasta bien entrado el siglo XX.

Las primeras referencias nos hablarán de la unidad social y simbólica que recoge el término mayorazgo y más en concreto la nobleza dentro de poder regio y a su servicio al Estado y a la Iglesia católica en España (36).

Enseguida, nuestros autores se van a referir abundantemente a las órdenes militares que con la edad moderna comenzaron a ver su fin, tanto como camino de santidad, como de defensa de la Iglesia. Estaban a las órdenes del rey y del papa en una sociedad que abandonó la violencia para defender la fe (38).

Parte como caracterización de la nobleza y parte como expresión de la santidad de los laicos, el concepto de linaje, de bondad y de honra que han caracterizado a la nobleza en España y en Europa, quedará marcado por la entrega virtuosa de la nobleza a la defensa del rey y de la Iglesia (41).

Hemos pasado, por tanto, del cuerpo de los “excelentes” al servicio del rey y de la monarquía a los “excelentes” en sí (43) fortaleciendo familias y entramados económicos para presidir entidades bancarias, industriales, mercantiles, al tener unos bienes inmuebles y propiedades que rentaban y proporcionaban una apoyatura para poder gobernar el crecimiento de la nación. Todo esto vendrá caracterizado por la mejora en la explotación de las rentas (57), capacitación de técnicos para trabajar al servicio de los nobles (58), “personas de confianza del marqués” (59), administradores de fincas (61), puesto que en el Antiguo Régimen se podía pertenecer a varias corporaciones en simultáneo (73).

Enseguida también tratarán nuestros autores acerca de las hermandades y cofradías tanto de nobles (73) como de hidalgos (185), incluso de clérigos de origen noble y de canónigos de grandes catedrales que formaban verdaderas corporaciones con estatutos de limpieza de sangre (105).

Es muy interesante los detalles de los “cursus honorum” y del crecimiento delos nobles en las sociedades del Antiguo Régimen que ha durado hasta el siglo XIX. Efectivamente con los ejércitos profesionales y Academias militares los nobles desaparecieron del estamento militar como tales (192).

José Carlos Martín de la Hoz

Juan Hernández Franco y Thomas Glesener, Pensar la sociedad. Incorporación y desincorporación en Castilla (Siglos XVI-XIX), Sílex Universidad, Madrid 2024, 225 pp.