Primer viernes de mes a las 18,30 h.
Carrascalejo (Palazuelos de Eresma / Segovia)
Esta breve novela ofrece una historia cargada de sentimientos en la vida de una mujer que, en su pasado, tuvo una vivencia que le hizo salir de una situación de desesperación tras la pérdida de su marido. A pesar de ello es la enseñanza que éste le dejó la que le lleva a encontrar a un ser miserable que le interpela por medio de su sufrimiento.
Comentarios
La obra completa de Stefan
La obra completa de Stefan Zweig es una caja de sorpresas. Su capacidad de puesta en escena es superada solo por su maestría en la descripción de sentimientos y estados de ánimo. Esta pequeña novela, que ha sido llevada tres veces al cine, con ligeras variaciones, obedece a la conocida estructura de «narración en la narración», a la que añade algunos matices importantes.
Un hotel en la Riviera, un grupo de huéspedes de distintos orígenes, la llegada de un nuevo personaje, joven, carismático y encantador a primera vista. La armonía desaparece al día siguiente, cuando se descubre que este visitante se ha escapado con Henriette, quien ha dejado a su marido y a sus dos hijos por esta aventura. El único que no se suma a las críticas espontáneas es el narrador, que mantiene que 24 horas pueden ser suficientes para cambiar la vida de una persona. Más tarde, una anciana se dirige a él y, venciendo un gran esfuerzo, le declara que desea relatarle un capítulo de la historia de su vida que no ha contado nunca a nadie. Se trata de 24 horas en Montecarlo, durante las cuales intenta salvar la vida de un jugador empedernido y despierta en sí misma sentimientos de gran intensidad, que creía apagados para siempre.
Como de costumbre, Zweig describe con un ritmo tenso y sereno el ambiente y el estado de ánimo de sus personajes, junto a los problemas a que se ven expuestos. El deseo de la ahora anciana de rescatar al joven jugador, las recaídas de este y la decisión de dejar todo y a todos por la pasión de un momento se desprenden de unas líneas nada melodramáticas. La descripción de las manos del jugador, que la anciana observa durante largo tiempo antes de ocuparse de su propietario, es en sí misma una obra maestra de la narrativa.
Otra obra breve y recomendable de este autor austríaco.
Breve novela, enmarcada a
Breve novela, enmarcada a partir de los huéspedes de una pequeña pensión en la Riviére, diez años antes de la Guerra, situada junto al Gran Palace Hotel y con cuyos clientes convivían con frecuencia.
Un día ocurre un incidente en este Hotel, lo que causará fuertes discusiones entre los plácidos huéspedes de la pensión.
Cada uno defiende su postura. Y es ésta la que decide a Mrs. C., siempre tan prudente y diplomática con todos, pedir al protagonista y narrador de la historia, después de unos días de amistad, que le escuchara una confidencia que quería contarle.
Algo sucedió, hacía ya tiempo, que jamás contó a nadie, y que ahora le tenía inquieto el corazón.
Un suceso que apenas duró veinticuatro horas, pero que le marcó para siempre, despertando en ella, en ese tiempo todos sus sentimientos: de pena, compasión, deseos de ayudar, imprudencia, vergüenza, relación, diálogo, pasión, deseos de redención, decepción, odio, rabia, amor…
Maravillosamente escrita, aunque a ratos dificultosa para leerla debido tal vez a la traducción, en la que han dejado abundantes galicanismos, italianismos, en fin, frases sin traducir (“creer en el coup de foudre” (13), “profesionales de la table d’hôtel”, “temperamento cocotte” (14, 29), el crime passionnel (17), no es una grande amoureuse (18), noticias de la cara signora (20), etc…)
Pero a pesar de esto, creo que la obra es una pequeña joya literaria, que vale la pena leer.
Y desde el punto de vista moral, trata el tema de la ludotopía, la pasión descontrolada por el juego, y el profundo daño al que puede llevar al que se envicia, jugando sin control.
También da qué pensar sobre los deseos de ayudar a los demás, y la virtud de la prudencia. Cuando uno actúa solo con los sentimientos, sin poner cabeza y voluntad, amén de prescindir de toda visión trascendente, uno puede verse metido de lleno en donde no quería estar (p. 58).
Expresa muy bien los sentimientos de la mujer. En su deseo de ayudar, se vio envuelta sin remedio en un torbellino de sentimientos encontrados que derivaría en dejar al desnudo lo mejor y lo peor de tu humanidad.
Destaca como observación, aunque solo desde el punto de vista humano, el poder positivo, y la gran oportunidad que tienen los católicos, del sacramento de la confesión: “si en vez de pertenecer a la religión anglicana hubiera estado adherida a la religión católica, entonces se me habría ofrecido a tiempo la oportunidad de la confesión” (25-26). La mera confidencia a su amigo ya le hizo un gran bien.
Y, años después, se enteró del trágico final de aquella persona a la que entonces trató de ayudar, lo cual le impresionó mucho.
La novela es elegante, pasando de describir los temas más íntimos y delicados. Trata al lector de forma inteligente. Tiene una magistral descripción de sentimientos. Se requiere una cierta formación para asimilar esta breve historia.
En su momento la leí y no
En su momento la leí y no me dijo nada.
Una viuda inglesa, mujer madura y rica, entretiene su soledad en la Riviera francesa. Una noche encuentra en el casino a un joven polaco, aquejado de ludopatía y arruinado, que ha decidido suicidarse. Ella le distrae de su intención, obtiene de él la promesa de que nunca más va a acercarse a una mesa de juego y le da dinero para enjugar sus deudas.
No han pasado veinticuatro horas desde que se han conocido, pero Mrs. C siente que está enamorada. Seguirá al joven donde quiera que vaya; piensen lo que piensen sus parientes, amigos y hasta sus propios hijos. Sin embargo, esa misma tarde volverá a encontrarle en el casino, jugándose el dinero que élla le había dado para pagar sus deudas. Le interpela y él la rechaza en público alegando que le da mala suerte.
Mrs.C arrastrará toda su vida la verguenza de algo que sólo élla conoce, aquella vez que se dejó llevar por una pasión amorosa insensata.
El autor nos introduce en el ambiente mundano, muy de principios de siglo, en el que se mueven sus protagonistas. No obstante se trata de una novela psicológica que además termina mal. Zweig reproduce tan convincentemente los sufrimientos de sus protagonistas, que el lector puede llegar a sentirse molesto por ello.
¿Usted no encuentra, pues, odioso, despreciable, que una mujer abandone a su madre y a sus hijos para seguir a un hombre cualquiera, del que nada sabe, ni siquiera si es digno de su amor? ¿Puede usted realmente excusar una conducta tan atolondrada y liviana en una mujer que, además, no es ya una jovencita y que siquiera por amor a sus hijas hubiese debido preocuparse de su propia dignidad?
Este libro comienza con la huida de una mujer de su marido y su familia, siendo por ello infiel. Pero esta historia abre el drama de otro personaje que, años anteriores, vivió una situación en la que la desesperación le llevó a comportarse con un extraño, de una manera compasiva pero perjudicial al mismo tiempo para quien protagonizó esta vivencia pasada.
Un relato vivo de la fuerza
Un relato vivo de la fuerza de las pasiones. Como tantos otros relatos magistrales de Zweig, este es un buen ejemplo de un libro muy bien escrito que interesa desde el primer instante al lector. Paulatinamente el lector se va metiendo en los sentimientos de una mujer, asombrándose de hasta donde pueden llegar las pasiones de un momento. Es muy breve, se lee enseguida, y merece la pena. Es de ese tipo de libros en los que sabes que puedes aprender algo. Leer artículo >>