El trabajo del filósofo uruguayo-mexicano, Carlos Pereda (Florida, Uruguay, 1944), profesor de la UNAM, que ahora presentamos, se balancea tanto entre la confianza y la desconfianza, como de la autonomía a la heteronomía. No obstante, la horma kantiana del profesor, el libro apunta líneas de avance y de investigación en el tema más apasionante de nuestros días que es la confianza.
Efectivamente, en la nueva cultura y civilización que está surgiendo en nuestros días, no olvidemos que estamos al final de la civilización del bienestar que recogió el testigo de la liberal y antes de la ilustración. Pero también, estamos al comienzo de una nueva civilización que todavía no sabemos cómo llamarla y definirla, pero que sabemos que es global, feminista, solidaria, digital y, será cristiana, si los que conocemos a Jesucristo sabemos incorporar sus valores eternos.
La confianza es clave para poder construir una civilización con visos de felicidad y de continuidad. La confianza siempre se define y se estructura como una confianza propia del hogar, del calor de los padres con los hijos, de los amigos y de la entera sociedad que para que pueda llamarse cultura y civilización debe basarse en la confianza.
Indudablemente el profesor Pereda, al partir del planteamiento kantiano, necesitará de la confianza y de la libertad, para poder romper el dilema autonomía y heteronomía: al igual que otros autores lo hicieron gracias a la distinción entre prudencia y desconfianza y miedo (224). Como afirmaba Sartre: “estamos condenados a la libertad” (129) y la escolástica de la libertad como autodeterminación al bien (145).
Efectivamente, la portada es la “columna” de la confianza que parte del don de la libertad que desea construir su relación con Dios y con los demás sobre la base de la caridad o donación incondicionada de si a Dios y a los demás. Lógicamente, para nuestro autor no existe ningún capítulo a esta cuestión, pero si a revalorizar la confianza como presupuesto de partida para construir una sociedad sobre la dignidad de la persona humana que va más allá de la tolerancia (260).
Es muy interesante el concepto de contrato que se basa en la confianza y genera confianza (55). Por supuesto nos recordará que “confiar es asumir riesgos”, a veces muchos: “La persona que confía espera, de aquel en quien confía que actúe como corresponde con la situación: como es correcto” (70).
Es indudable que, por mucho que el autor le de muchas vueltas, el concepto de confianza no es un concepto “tenso”, puesto que la confianza, aunque se corran riesgos, mucha habitualmente la satisfacción de la respuesta confiada por parte de quien se confió (126). Es lógico que la sociedad de la confianza no dude en respaldar la autoridad de la ley (233).
José Carlos Martín de la Hoz
Carlos Pereda, Sobre la confianza, ediciones Herder, Barcelona 2009, 285 pp.