Este sería el título que pondría al último libro de Kallifatides, porque después del relato autobiográfico que nos transmite, creo que solo produce desolación. La impresión que da es de una persona centrada en sí misma. Su éxito como escritor, su dificultad para reaccionar ante su edad, ya propia de la jubilación.

El título del libro es “Otra vida por vivir” y eso haría pensar en el atisbo de una vida nueva y distinta, mucho más interesante que la que deja después de años de trabajo. Otra vida por vivir es lo que cualquier persona, con dos dedos de frente, se plantea al final de su paso por este mundo material. Cualquiera con una cierta formación religiosa sabe que está aquí preparándose para la eternidad. Al menos quienes tienen cierto sentido trascendente.

Todo el libro nos habla de una sociedad atea, como parece ser la sueca. Si el autor hubiera vivido siempre en su tierra, Grecia, casi con seguridad hubiera tenido, al menos, cierta fe sobrenatural. Es lo normal en cualquier mundo religioso: pensamos en ese Dios que nos ha creado y que quiere llevarnos con Él. Y eso nos lo ganamos mereciendo aquí en la tierra con una vida recta, sabiendo lo que Él quiere de nosotros.

Al leer esta autobiografía se siente una gran tristeza. No tiene ningún recurso, ninguna idea, ni la más mínima aproximación a la Verdad, a lo que nos espera, al sentido de la vida. Es penoso leer esas páginas y no encontrar ni siquiera un amago de duda, de acercamiento. Nada. Solo vive para su éxito, para sus libros, para “sus…”. Le salva, de alguna manera, su esposa, una mujer amable y atenta, pero, como es lógico a esas edades, sin ninguna relación especialmente amorosa. Cada uno a lo suyo, pero tratándose bien.

Es una manifestación frecuente de la vaciedad de tantas personas que se han imbuido en una vida puramente materialista, o sea, bastante egoísta. El autor de este libro vivió su infancia y juventud en Grecia. Es casi seguro que tuvo influencia de la religión ortodoxa y que, por lo tanto, creció cristiano. Por eso sorprende más que se haya olvidado totalmente de lo importante. Al hacer sus reflexiones sobre el resto de su vida y al recordar su infancia, no le queda ni una referencia a la fe, algún sentido religioso.

Lógicamente leyendo una historia así, autobiográfica, donde el autor nos cuenta su vida y sus recuerdos, podríamos esperar que manifestara sus impresiones religiosas, más o menos olvidadas, más o menos lejanas; pero no hay ni una mención, ni si quiera para manifestar alguna duda o rechazo. Es el resumen de una vida vacía, de autorreferencia, de pobreza interior.

Está claro que no es más que el resultado de un triste materialismo, el ambiente normal, por desgracia, en tantos países de Europa, incluso algunos que fueron cristianos.

Ángel Cabrero Ugarte

Teodor Kallifatides. Otra vida por vivir. Galaxia Gutemberg. 2019