Tamiki Hara nació en Hiroshima en noviembre de 1905. Hijo de una familia numerosa, de posición acomodada, se interesó desde muy joven por las letras. Se licenció en Literatura Inglesa en la prestigiosa Universidad de Keio, donde empezó a escribir poesía, muy influenciado por autores como Saisei Murou y Paul Verlaine. De personalidad sensible y tímida, aunque dado al dandismo y a frecuentar casas de prostitutas, se comprometió políticamente con los movimientos de izquierda. Abandonaría toda militancia política a principios de los años treinta, tras dar en varias ocasiones con sus huesos en la cárcel. Se casó en 1933, un año después de una tentativa fallida de suicidio. Consagrado a escribir poesía y nouvelles, se trasladó a Funabashi para dar clases de inglés. Su mujer murió de tuberculosis en 1944, tras un largo periodo de enfermedad. Un año más tarde decidió volver a Hiroshima, justo para vivir en primera persona la explosión de la bomba atómica en casa de sus padres, y sobrevivir a ella. Estas dos traumáticas experiencias constituyeron el eje central de su producción literaria. Flores de verano (Natsu no Hana), su obra más conocida, galardonada con el Premio Takitaro Minakami, fue escrita en el mes de agosto de 1946, pero no fue publicada hasta junio de 1947. Tamiki Hara cerraría su famoso ciclo dedicado a la bomba de Hiroshima con De las ruinas (Haikyou kara, 1947) y Preludio a la aniquilación (Kaimetsu no joukyoku, 1949), obras, todas ellas, incluidas en el presente volumen. Tamiki Hara escribió gran cantidad de poemas sobre el mismo tema, por los que se hizo tremendamente célebre en Japón. Su obra final, El país que mi corazón desea (Shingan no kuni, 1951), puede considerarse su testamento literario, así como su nota de suicidio. Efectivamente, poco después de escribirla, Tamiki Hara se lanzó a las vías del tren en Tokio. Era el 13 de marzo de 1951, diez meses después del inicio de la guerra de Corea. Sus amigos sufragaron la construcción de un monumento junto al lugar donde se alzaba originariamente la ciudadela de Hiroshima, pero pronto el memorial tuvo que ser trasladado de sitio, puesto que la gente se dedicaba a jugar al tiro al blanco con él, lo que hizo que resultara dañado en varias ocasiones. Actualmente se encuentra junto al Genbaku Dom, la cúpula conmemorativa del lanzamiento de la primera bomba atómica.