Fue el menor de los hijos de un clérigo anglicano pobre. Con trece años quedó huérfano y tuvo que emplearse en los ferrocarriles, recogiendo el carbón que caía en las vías. Más adelante trabajaría como empleado, actor teatral y periodista, sin mayor fortuna. El éxito de ventas que alcanzó "Tres hombres en una barca" le permitió dedicarse sólo a escribir. Con cincuenta y seis años se presentó voluntario para combatir en la Primera Guerra Mundial. Falleció en 1927.