La
participación ciudadana en las pasadas elecciones demuestra que el movimiento asambleario
puede captar algunas simpatías iniciales, pero después se convierten en un
obstáculo para las libertades de los demás. Lo dicen los comerciantes de Sol y
de otros lugares invadidos por estos amigos de lo suyo que imponen a los demás
las consecuencias indeseables de sus akampadas, en el fondo y en la forma como trataremos de ver.
Obstáculo
para las libertades
En la
forma, porque los honrados trabajadores que llevan sus negocios o contratan a
otros se encuentran con una caída de ventas del 70 por ciento, y se han visto
forzados a soportar invasiones de locales, pintadas en sus escaparates, y hedores
en el ambiente, que alejan a los usuarios y turistas. Queda muy bonito en las
fotos por internet ver a esos grupos con las manos alzadas, aferradas al
class=SpellE>iPhone, aunque las
fotografías no recogen los malos olores, los
style='mso-spacerun:yes'> zafios insultos, ni las veladas amenazas.
En el
fondo, ese sistema asambleario de okupas va contra los derechos de la mayoría
que trabaja por sacar adelante sus trabajos y empresas. Ellos defienden "sus
derechos" y quieren ser "la conciencia crítica de la sociedad",
como tantos revolucionarios, pero
intimidan a los demás para que no ejerzan los suyos; ellos se "indignan"
sin tener en cuenta que otros indignados prefieren trabajar para que mejoren
las cosas desde dentro: tienen menos utopía pero quizá más ética, tienen menos
cuento porque tienen más
responsabilidad, tienen menos voz pero tienen más votos.
Propuestas
poco pacíficas
Ese
fenómeno okupacional
es peligroso cuando concretan un poco sus propuestas. Sirva como ejemplo el
resumen de 16 propuestas que aprobaron en la Puerta del Sol, pues mezclan ideas
positivas con intenciones peligrosas. Entre las primeras, quién no estará de
acuerdo en que haya listas electorales abiertas o en superar el paro
class=GramE>? Pero ¿quién estará de acuerdo en que unos
class=SpellE>antisistema tomen el control de la prensa o de la
educación? Piden en la propuesta 9 "el acceso popular a los medios de
comunicación, que deberán ser éticos y veraces".
style='mso-spacerun:yes'> Supone una amenaza para los periodistas pues,
si tomaran el poder, impondrían su mordaza a quienes no digan lo que a ellos
les gusta. Eso está cerca del totalitarismo nazi o comunista.
En la
propuesta 15 exigen la recuperación de la Memoria Histórica, con mayúscula,
sintonizando así con una de las fijaciones del gobierno socialista de Rodríguez
Zapatero, que ha minado la convivencia social y dinamitado una Transición que
ha dado a España los mejores años de democracia y desarrollo social en
libertad. De este modo, los akampados demuestran que no son nada ingenuos ni soñadores
sino que más bien parecen ser lobos con piel de oveja.
Jesús
Ortiz