Benedicto XVI ha concluido su viaje
style='mso-spacerun:yes'> África. Un millón de
personas le han despedido en Angola con veneración. Deja un mensaje de
esperanza para un continente olvidado por el primer mundo.
La presencia
del Papa en Camerún y en Angola es un toque de atención sobre el
continente ignorado. Sufre las consecuencias de las guerras tribales
alimentadas por países como China, Estados Unidos, Rusia, Cuba o
Francia. Quieren hacerse con las riquezas naturales del petróleo, el
class=SpellE>coltán, o los diamantes de sangre. La tragedia de
Darfur es un ejemplo, otro las enfermedades en Camerún, otro la miseria
en Angola, etc. En cambio, la
Iglesia católica tiene allí 200 mil misioneros y sacerdotes, 800
orfanatos, 500 leproserías y 5000 dispensarios.
Los
profesionales de la desinformación intentaron desviar la atención
hacia la sexualidad y el preservativo, para acallar el mensaje espiritual y
profundamente humano de Benedicto XVI
en este viaje al continente africano.
style='mso-spacerun:yes'> Incluso
style='mso-spacerun:yes'> algún ministro del Gobierno
español ha decidido enviar más preservativos a los países
que padecen la plaga del sida. En cambio, el Papa hablaba al comienzo del viaje
de humanizar la sexualidad, como garantía para los jóvenes y las
familias africanas.
El Papa
Benedicto XVI ha hablado de la dignidad de las personas y especialmente de la
mujer, de la lucha contra el sida y la lepra, del trato humano con los
desplazados, y advierte sobre la corrupción y abuso del poder que
paralizan el desarrollo de los países. Estas son las claves del viaje
pastoral de Benedicto XVI al continente, pero no lo tópicos sobre el
preservativo que obsesiona a los manipuladores. Habría que
recordarles que los hospitales de
la Iglesia católica atienden al 25 por ciento de los enfermos de sida
del mundo. Y algo hará bien la Iglesia cuando en cien años ha
aumentado en más de 160 millones el número de católicos.
Jesús
Ortiz López