La sociedad defiende la vida

La sociedad responsable está más

sana de lo que piensa el actual Gobierno socialista. Todos los días los medios

de comunicación publican artículos y cartas defendiendo la vida ante la

imposición de una nueva ley del aborto en España. Es una batalla de ideas

frente a las ideologías de muerte, de humanidad frente a degradación, y de

salud social frente a políticos enfermos. Solo la manipulación de algunos de

ellos, empezando por el Ministerio de igualdad y sus corifeos, puede etiquetar

el crimen del aborto como interrupción voluntaria del embarazo o como derecho

de la mujer. Es suicida continuar segando vidas humanas cuando la población

española envejece por falta de hijos. La baja natalidad está en la raíz del

negro horizonte para la Seguridad Social,
de la crisis económica, o de la violencia doméstica. La ideología de

género tiende a contaminarlo todo.

Cada vez conocemos más casos de

hombres y mujeres salvados del aborto. El cantante Andrea Bocelli

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acaba de contar un caso: Una joven esposa embarazada

fue hospitalizada por un ataque de apendicitis. Después de aplicarle un

tratamiento, los médicos le sugirieron que abortara como la mejor solución,

porque el bebé nacería con alguna discapacidad. Pero la joven y valiente mujer

decidió no hacerlo y el niño nació. Esa mujer es su madre y Andrea su hijo, el

famoso compositor italiano.

Son innumerables los casos de

hijos salvados por la valentía de una mujer, de unos padres, o de unos

voluntarios pro vida. Pero la ideología de muerte los censura y también prohíbe

mostrar la terrible realidad del aborto: los despojos

ensangrentados
de los hijos a los que se les negó el derecho a la vida.

Como decía, basta espigar unos

cuantos titulares para comprobar que hay rechazo serio al aborto promocionado

por esta nueva ley. Algunos ejemplos: La

peor ley posible; Una ley corrosiva; La historia nos llamará a capítulo por la

ley del aborto; Sólo conocemos la punta del iceberg del sufrimiento de las

mujeres que abortan; Para mí, la vida se acabó el día que maté a mi hijo; La

ley del silencio; La ley del aborto es totalitaria; El derecho a la vida es

fundamental; Vía libre para el aborto de

menores; Manipulación política del aborto; El suicidio del aborto, etc. En

suma, esta nueva ley no es una demanda social sino una imposición, y la

eliminación de un ser humano concebido jamás será un derecho en la conciencia,

aunque lo sea en un papel.

Jesús Ortiz López