Al tiempo que disfruto de la
alegría y de las risas de mis nietas antes las ocurrencias de Mickey Mouse y su
pandilla en el capítulo de Las mascotas de Daisy, no dejo de darle vueltas a la
genialidad la de la empresa Disney que ha sido capaz de hacer creíbles el que
unos animales tengan como mascotas a otros animales. Mickey y sus amigos –
class=SpellE>Minnie, Donald y Goofy-
han reunido una colección de fotos de cada uno de ellos con sus mascotas. Pero
falta la foto de Daisy que a la sazón no tiene mascota. Y durante ese episodio,
cada uno de los amigos le regala un animalito como mascota.
Al final de esta aventura, Daisy
se hace la foto con sus tres nuevas mascotas: un cachorro de elefante, una
jirafa y un conejito. Y ahí radica la genialidad: tanto Mickey y sus amigos,
como las mascotas de todos ellos, son dibujos animados de animales,
representaciones llenas de colorido y muy atractivas para los niños. Mickey y
sus amigos se sitúan en un plano superior al del resto de los animales que
serán sus mascotas. Pero ¿en qué se diferencian los primeros de los segundos?
La respuesta es bastante interesante: Mickey y sus amigos pueden relacionarse.
Son capaces de pensar y de comunicar su pensamiento mediante el lenguaje
humano. Y además utilizan esa facultad de comunicación para resolver un
problema en beneficio de uno de ellos o para realizar una tarea en beneficio de
la comunidad.
Mickey y sus amigos parecen
participar de la "dignidad humana": piensan y comunican su
pensamiento con una finalidad buena: hacer el bien para sí mismo o para otros.
Por voluntad de Disney, participan de la dignidad humana. Gabriel
class=SpellE>Chalmeta, en "Ética Social.
Familia, profesión y ciudadanía", Eunsa
2003, explica que "El hombre posee dignidad absoluta fundamentada en su
capacidad de establecer relaciones intersubjetivas de
conocimiento y amor con los demás hombres… Todo hombre debería ser tratado
(amado) de forma que se respete y –en lo posible- se promueva su valor de
persona, es decir su finalidad propia, su apertura cognoscitiva y volitiva, sea
efectiva (actual) o meramente potencias (constitutiva), a los demás hombres
considerados a su vez en su valor de personas".
Volviendo a los dibujos animados,
¿y las mascotas? Como se ve en la historia, las mascotas son para Mickey y sus
amigos, lo mismo que las mascotas para el ser humano. Nos preocupamos de ellas,
las cuidamos, les sacamos fotos con nosotros, viven bajo nuestro techo y
disfrutan de nuestras comodidades. No son como nosotros pero se benefician de
nuestro trato. Mickey sus amigos solucionan sus problemas aunque ellos no sean
capaces de pensar ni de comunicar sus dificultades.
Y ¿qué tendríamos que añadir
sobre los autistas o los síndromes de Down, por
ejemplo? Ellos no piensan como el resto de los humanos o no se pueden
relacionar y mostrar su pensamiento de un modo similar a nosotros. Cierto. Pero
poseen esas facultades en forma potencial al igual que un bebé o un anciano o
un enfermo que ha sufrido un accidente vascular o de cualquier otro tipo. Por
lo tanto merecen respeto y ser amados en su valor de persona.
Un paso más. Al igual que los
animales que no poseen la dignidad de persona pueden relacionarse como los
humanos y recibir de estos su cariño y atenciones, el hombre podría
relacionarse con seres superiores en dignidad –con atributos superiores en
potencia y acto como es el caso del concepto Dios-. Para el hombre, reconocer
que Dios es superior en atributos al hombre, no resta ninguna valía el propio
ser humano y la relación del hombre con Dios sólo le reportaría el beneficio de
su amor. Claro que esto es sólo entendible desde la perspectiva de la
aceptación de la existencia de Dios.
Mª Paz Alonso Gutiérrez