Los bienes invisibles, porque nadie quiere verlos

Ocurre

pocas veces pero hay libros de los que este cronista suscribiría todas sus

páginas de principio a fin. Juan Luis Lorda ha

reunido en un magnífico ensayo las consideraciones que hizo a un grupo

de universitarios sobre la tradición humanista europea. El autor afirma

que los temas abordados en este libro no se encuentran reflejados en las

tradicionales recopilaciones del saber: las enciclopedias. Es fácil

decir cosas concretas sobre los aminoácidos, pero hay menos datos sobre

los bienes invisibles: “son luminosos, netos, inmateriales y algo

misteriosos, capaces de abrir horizontes y dar belleza a la existencia. Y son

liberales, porque tienen mucho de don gratuito y, al mismo tiempo, expanden,

aclaran y adornan la libertad, y la elevan sobre el comportamiento instintivo o

gregario. Forman la verdadera cultura humana, que nada tiene que ver con los

fuegos artificiales del esnobismo”.

 


style='color:windowtext'>Lorda
recorre

los temas gracias a los cuales el hombre es hombre. Proclama la libertad de

pensar y de gozar de unos dones recibidos gratuitamente e invisibles, como dice

Saint-Exupery en la cita que antecede al texto

“lo esencial es invisible a los ojos”. Los temas, repartidos en los

correspondientes capítulos, son los siguientes: cultura, inteligencia,

belleza, estilo y elegancia, la palabra, el sentido del humor, la amistad y la

honestidad.

 

En

fin, lo de toda la vida, lo que se entiende por formación

humanística sin necesidad de ser de ciencias o de letras. Quien tiene

cultura pondera las circunstancias, domina su especialización desde el
class=SpellE>generalismo
, entiende un ensayo -símbolo de la

evolución cultural de una civilización- y los supuestos del saber

que implican saber gozar, como aconsejaba Heráclito, dejándose

impregnar por la esencia de las cosas. O como el filósofo J.
class=SpellE>Pieper sugiere trabaja en tu ocio y goza de tu trabajo.

 

En

apariencia parece sencillo, pero la cultura humanística se forja en el

colegio y en la familia: “La dieta del espíritu se compone de

muchos bienes. A lo largo de la historia, los seres humanos hemos acumulado la

experiencia que nos sirve para vivir humanamente. Ese depósito,

fundamentalmente inmaterial es la
<<cultura
style='font-size:8.0pt;color:windowtext'>>>.
style='color:windowtext'>Cultura, que viene de latín, significa
style='font-size:8.0pt;color:windowtext'><<cultivo>>
style='color:windowtext'>. Cicerón la empleó en este sentido,

quizá por vez primera, cuando dijo <<cultura
class=SpellE>animi
, philosophia
class=SpellE>est>
class=GramE>> ;

style='color:windowtext'> es decir, que la filosofía es el modo de

cultivar el alma. Al hablar de filosofía, Cicerón se

refería a la sabiduría de la vida en general, a la experiencia

humana acumulada y meditada, que da lugar a un saber profundo sobre lo que es

el hombre y lo que debe hacer. Esa sabiduría tiene un carácter
class=SpellE>humanizador: es <<formativa
style='font-size:8.0pt;color:windowtext'>>> porque da forma humana. Por eso es cultura y humanismo”.

 

La

inteligencia se desarrollaba con método y sabiduría, y como dice
class=SpellE>Lorda
, en tres áreas fundamentales: una idea general

del mundo (origen, destino, etc.); los criterios morales para el comportamiento

de la conducta; y el conocimiento de las personas, de los asuntos humanos que

nos ayudan a relacionarnos con los demás.

 

Puede

ser de utilidad una breve antología con los temas que aparecen en el

libro:

 


style='font-family:Wingdings;mso-fareast-font-family:Wingdings;mso-bidi-font-family:

Wingdings;color:windowtext'>§
style='font:7.0pt "Times New Roman"'> 

style='color:windowtext'>Cultura
:

“Todo esto se acumula formando la parte más esencial de la

cultura, que es la inteligencia aplicada, experiencia acumulada e ingenio

desplegado. La cultura transmite formas excelentes y eficaces de hacer las

cosas. En esto consisten las artes, los oficios, las destrezas y las

habilidades. Hay varios tipos de artes: las que se refieren directamente a la

belleza (bellas artes); las artes menores decorativas; las que se refieren a

espectáculos, juegos y deportes; y las que aquí nos interesan que

son las
<<
style='color:windowtext'>buenas artes>>, las

más desconocidas de todas.
style='mso-spacerun:yes'> 
Las <<buenas artes
style='font-size:8.0pt;color:windowtext'>>>
style='color:windowtext'>son aquellas que llevan a emplear con dignidad,

eficacia y belleza los resortes más elementales de la vida humana. Son

las artes de emplearse a sí mismo. No hay que olvidar que donde hay

libertad puede haber arte: porque puede haber experiencia acumulada y

transmitida de belleza y eficacia en el obrar”.


style='font-family:Wingdings;mso-fareast-font-family:Wingdings;mso-bidi-font-family:

Wingdings;color:windowtext'>§
style='font:7.0pt "Times New Roman"'> 

style='color:windowtext'>Vida de la inteligencia

style='color:windowtext'>: “La inteligencia es el cimiento de nuestra

personalidad, la luz del alma y la puerta que nos abre al mundo. Algo

maravilloso. La tradición clásica griega pensaba que era un

destello de la divinidad y no creía exagerar. Es lo más elevado

que existe en la naturaleza, y lo más propio y exclusivo del ser humano.

Gracias a ella podemos comprender y dominar nuestro entorno, relacionarnos con

los demás y gobernarnos a nosotros mismos”.


style='font-family:Wingdings;mso-fareast-font-family:Wingdings;mso-bidi-font-family:

Wingdings;color:windowtext'>§
style='font:7.0pt "Times New Roman"'> 

style='color:windowtext'>Belleza
:

“Por eso, el cultivo del gusto estético forma parte de una

educación humana. Quizá no sea lo más importante pero, sin

lugar a dudas, es importante. Haber aprendido a saborear la belleza, es un

tesoro. Tener sensibilidad para descubrirla y para disfrutarla, nos ayuda a

vivir a otra altura, nos da fuerzas para sobrellevar los momentos bajos y

oscuros, ensancha nuestro espíritu y nos abre nuevos horizontes de

humanidad”.


style='font-family:Wingdings;mso-fareast-font-family:Wingdings;mso-bidi-font-family:

Wingdings;color:windowtext'>§
style='font:7.0pt "Times New Roman"'> 

style='color:windowtext'>Estilo y elegancia
:

“La elegancia es la estética externa de la vida humana, del mismo

modo que la moral es la interna. Hay un ideal interno moral del hombre que

consiste en dominar con la inteligencia lo que se hace”.


style='font-family:Wingdings;mso-fareast-font-family:Wingdings;mso-bidi-font-family:

Wingdings;color:windowtext'>§
style='font:7.0pt "Times New Roman"'> 

style='color:windowtext'>La palabra
:

“La palabra sirve para pensar, para discernir, para definir, para

transmitir, para aconsejar, para mandar, para entusiasmar, para conmover, para

convencer, para anunciar, para dialogar, para educar; para guardar en la

memoria en los archivos, para atesorar en la bibliotecas; para reflejar lo que

sucede en el mundo real y para crear mundos fantásticos… Es el

medio para aclarar lo que sabemos y para expresarlo. El vehículo y el

soporte principal de la cultura. El instrumento con el que se participa en la

vida de las sociedades. La herramienta con la que se trabajan las almas. El

cauce vivo de las relaciones más profundas: la amistad, el amor y la

oración. Juan Luis Vives, el gran humanista español, decía

que era
<<
style='color:windowtext'>tesoro de la erudición e instrumento de enlace

de la sociedad humana>>,
style='color:windowtext'>


style='font-family:Wingdings;mso-fareast-font-family:Wingdings;mso-bidi-font-family:

Wingdings;color:windowtext'>§
style='font:7.0pt "Times New Roman"'> 

style='color:windowtext'> El

sentido del humor
: “Hay risas auténticas y otros

fenómenos parecidos. Allí están las risas de las hienas,

que no tienen nada que ver con el humor. Y, entre los humanos, las risas

histéricas provocadas por el nerviosismo. También hay risas

forzadas (para parecer seguro al presentarse, para mostrar que se ha

comprendido un chiste, etc.); pero la risa más características es

la que estalla y premia espontáneamente lo cómico. ¿Por

qué se produce?”.


style='font-family:Wingdings;mso-fareast-font-family:Wingdings;mso-bidi-font-family:

Wingdings;color:windowtext'>§
style='font:7.0pt "Times New Roman"'> 

style='color:windowtext'>La amistad
:

“La amistad, en el sentido clásico, es un afecto mutuo que nace de

compartir algún bien y que se lleva a comunicar la intimidad. Hay que

distinguir, por tanto, dos elementos: un bien que se comparte y el afecto mutuo

que nace por el trato y que tiende a extender esa coincidencia a otros

aspectos. Por eso, los bienes que se comparten pueden variar con el tiempo.

Amistad no es lo mismo que camaradería. Es algo más que la

simpatía que surge por coincidir o compartir una tarea o tener el
style='mso-spacerun:yes'> 
mismo horario de trabajo. Es un afecto

más profundo basado en una coincidencia de espíritu, que es

más exclusiva y distingue a los amigos del grupo. Trabajar en el mismo lugar

puede ser la ocasión de trabar amistad, pero también puede

suceder que no se descubran más coincidencias y no se pase del simple

compañerismo. La amistad se forma gracias a que se descubren

coincidencias más profundas en gustos, ideas, intereses, aficiones y

proyectos; y esto lleva a manifestar otros aspectos de la intimidad buscando

coincidencias, ayuda y consejo”.


style='font-family:Wingdings;mso-fareast-font-family:Wingdings;mso-bidi-font-family:

Wingdings;color:windowtext'>§
style='font:7.0pt "Times New Roman"'> 

style='color:windowtext'>Honestidad
:

“Las personas honradas no se conducen sólo por obligación,

ni por costumbre, ni por el qué dirán, sino por un convencimiento

y un imperativo interior. La honradez es una fuerza que sale de dentro. No se

ven obrando de otro modo. Con frecuencia, este sentido agudo de los deberes y

de la justicia está inspirado por una religiosidad profunda. Y, aun

cuando no sea así, les resulta connatural el mandamiento

evangélico del amor al prójimo. Los consejos cristianos de

comprensión y misericordia encuentran un eco particularmente profundo en

estas personalidades”.


style='font-family:Wingdings;mso-fareast-font-family:Wingdings;mso-bidi-font-family:

Wingdings;color:windowtext'>§
style='font:7.0pt "Times New Roman"'> 

style='color:windowtext'>Vergüenza, sentido del decoro

style='color:windowtext'>: “Hay un pudor propio sobre lo sexual. La pasión

sexual es una de las más aparatosas y su fuerza siempre sorprende y

confunde a la persona que quiere ser honrada. La violencia de lo sexual y la

bajeza y vulgaridad de muchos de sus desórdenes, producen un sentimiento

de incomodidad, una vergüenza particular que se le llama pudor.


style='font-family:Wingdings;mso-fareast-font-family:Wingdings;mso-bidi-font-family:

Wingdings;color:windowtext'>§
style='font:7.0pt "Times New Roman"'> 

style='color:windowtext'>La estructura del corazón

style='color:windowtext'>: “De lo que llevamos dicho se deduce que una

buena persona es, al final, un buen corazón. No simplemente unos buenos

sentimientos, sino un corazón que ha aprendido a amar. Un corazón

donde se han impreso los grandes amores. Y donde se ha corregido el

egoísmo básico. Cuando se entiende esto se ve que la

perfección humana no sólo es cuestión de

convicciones”.


style='color:windowtext'>

 


style='color:windowtext'>El autor termina su tratado sobre el humanismo con la

referencia bibliográfica a 50 libros, sabios e imprescindibles, para

iniciarse en el humanismo. Con unos textos básicos, y al igual que en

algunas encuestas que aparecen en los
style='mso-spacerun:yes'> suplementos dominicales si alguien no ha

leído ninguno de ellos es que está lejos de gozar de los bienes

culturales. Si han leído dos, por ejemplo, Ética a Nicómaco de

Aristóteles o El hombre en busca

de sentido
de Viktor Frankl,

todavía tienen ustedes alguna esperanza. Si no saben ustedes de

qué lista de libros sabios estoy hablando, lo mejor es ir en cuanto puedan

a comprar este libro.


style='color:windowtext'>

 


style='color:windowtext'>El Humanismo tiene una clara intencionalidad

práctica que ayuda a distinguir entre enseñar y educar, entre

educación y elegancia, entre francachela y amistad. Lorda

es sacerdote, Doctor en Teología y profesor de Teología

dogmática y Antropología cristiana. Sus publicaciones son

numerosas, y junto al presente libro les recomiendo en esta misma

colección el titulado Para una

idea cristiana del hombre
, sobre la antropología cristiana. Que lo

disfruten.

 

 

Javier

Gutiérrez Palacio

Doctor

en Filología

Crítico

literario

 

 


style='mso-bidi-font-family:Arial;mso-bidi-font-weight:bold'>Lorda

style='mso-bidi-font-family:Arial;mso-bidi-font-weight:bold'>, J.L. (2009)
style='mso-bidi-font-style:normal'>
href="http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=7980">Humanismo. Los

bienes invisibles, Madrid,
style='mso-bidi-font-family:Arial'>Rialp