Paul Collier
es un conocido investigador, catedrático de Oxford y director del Centro de
Estudios de Economías Africanas. El propósito de Collier
en este libro consiste en analizar con profundidad las causas que han llevado a
la pobreza, a la miseria, a cincuenta y ocho países africanos y asiáticos. El problema
abarca a mi millones de personas que no pueden salir del "club de la miseria"
que en nuestros días vive inmerso en guerras civiles crueles, epidemias
devastadoras y un nivel radical de analfabetismo. Collier
dice que hay cuatro "trampas" que atenazan el presente de los países del club: "El
setenta y tres por ciento ha padecido guerras civiles, el veintinueve por
ciento vive en países dominados por las políticas de los recursos naturales, el
treinta por ciento vive en países sin salida al mar ni recursos abundantes y
con malos vecinos, y el setenta y seis por ciento ha atravesado un prolongado
periodo de mal gobierno y políticas económicas deficientes. Si se suman estos
porcentajes, salta a la vista que algunos países han estado presos en más de
una trampa, ya fuera simultánea o consecutivamente.
No obstante, cuando hablo de
trampas lo hago de manera metafórica. Son trampas aleatorias; a diferencia de
los agujeros negros, no es imposible escapar de ellas, tan sólo difícil". La
globalización, un tópico de nuestros días, planea sobre estos países
dificultando su desarrollo. Paradójicamente, según Collier,
la globalización ha impulsado a los países en vías de desarrollo, pero ha
perjudicado a los miembros del club. El comercio mundial ha sido fantástico
para China y la India, pero para los países míseros esta tendencia los hunde
más. Igual sucede con los otros indicadores de la globalización: el flujo de
capitales y la emigración. El autor llega a una conclusión pesimista: para
poder participar en la economía mundial es necesario haber escapado de las
"trampas" que ya hemos expuesto. Ante un panorama tan desolador
class=SpellE>Collier dedica la cuarta parte a los "instrumentos": "voy a
ser claro: no somos nosotros quienes podemos salvar a estos países. Las
sociedades del club de la miseria sólo pueden salvarse desde dentro.
En todas ellas hay personas
trabajando en pro del cambio, pero lo más habitual es que caigan derrotadas
ante las poderosas fuerzas internas a las que se enfrentan. Deberíamos ayudar a
esos héroes, pero hasta ahora nuestros esfuerzos han sido mezquinos: ya sea por
inercia, ignorancia o incompetencia, nos hemos quedado mirando cómo caían
derrotados sin hacer nada".
Entonces, ¿qué se puede
hacer?: "Un mundo con mil millones de personas viviendo en países empobrecidos
y estancados es una perspectiva intolerable. La existencia de un pozo de
miseria junto a un mundo cada vez más próspero es terrible para los hundidos en
el primero y peligroso para los habitantes del segundo. Más vale hacer algo al
respecto, pero la pregunta es qué. Este capítulo y los siguientes son
respuestas a esa pregunta. Empezaré hablando de la ayuda económica- obsesión de
los rockeros concienciados y de los organismo, e
ingrediente básico de las promesas del G-8-, pero no me detendré ahí".
Las ayudas económicas como
primer instrumento de cambio, según Collier pueden
empeorar la situación. La revalorización del Estado incentiva las rebeliones y
los levantamientos militares. Las ayudas en definitiva tropiezan en las
"trampas" y complican la situación: la ayuda económica y técnica se plantea
class=SpellE>Collier, ¿es parte del problema o de la solución?: "La
ayuda presenta graves problemas y, más concretamente, graves limitaciones. Por
sí sola no bastará para cambiar a los países del club de la miseria, pero es
más parte de la solución que del problema. El desafío es cómo complementarla
con otras acciones".
El segundo instrumento es el
que, sin duda, más polémica levantará en la opinión pública. Después de la
guerra de Irak, aunque fuera por otras razones, es difícil proponer la
intervención militar internacional como remedio de estabilidad inicial para
comenzar el desarrollo económico y proteger esos países de los golpes de
Estado: "El lector podría estar dispuesto a aceptar que en situaciones tan
extremas como la de Somalia, en las que el vacío de autoridad es absoluto, se
hace necesaria la intervención extranjera; pero en lo que respecta a coyunturas
posbélicas y riesgos de golpes de Estado, tal vez se pregunte por qué los
gobiernos del club de la miseria no se valen de sus propias fuerzas de
seguridad. La respuesta es que, precisamente en las situaciones donde los
gobiernos corren los mayores riesgos, sus estamentos militares no son la
solución, sino parte del problema".
Junto a la intervención
militar, los cambios legislativos en los
países desarrollados y las normas internacionales, son dos instrumentos baratos
y eficaces. Es necesario, además, la reducción unilateral y generosa de las
barreras comerciales que se alzan
infranqueables contra los países del "club de la miseria"… Como dice
class=SpellE>Collier en su propuesta de planes de acción, la solución al
problema está en mano del G- 8-. El libro está basado en numerosos trabajos de
investigación que aparecen al final del libro y permite leer el libro sin
tropiezos. El profundo conocimiento del tema, de los escenarios, permite que el
libro se lea con interés creciente. Les aseguro que no les defraudará estén a
la izquierda, en el centro o en la derecha.
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Javier Gutiérrez
Palacio
periodismoliterario.org
Collier,
Paul (2008)
href="http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=7314">
style='font-size:12.0pt;font-family:"Times New Roman","serif"'>El club de la miseria,
Madrid, Turner, 331pags