Segunda parte de Los Pilares de la Tierra



La
continuación de "Los Pilares de la Tierra" ha salido con una
edición de 525.000 ejemplares colocados y agotados en un mismo
día en todas las librerías. Es un claro ejemplo de un triunfo del
marketing y de un producto que reúne todos los ingredientes para ser un
long-best seller:


 


           
La acción es trepidante. Aunque al principio se hace un poco
pesado, el ritmo no decae. Continúa la historia en los descendientes de
los personajes de la primera parte. Trata temas muy recurrentes en la
literatura, como el  asesinato a los
soldados mensajeros del rey, la traición contra este, la picardía
de los pobres que tienen que procurarse la comida cada día. Y todo ello
bajo el hilo conductor de una carta que ya ha costado la vida de muchas
personas por el secreto que esconde. Muchos de los pasajes recuerdan a las
novelas de Dumas. Los monjes infieles o corruptos se repiten a los descritos en
"El nombre de la rosa", que después han sido repetidos en
todas las novelas de gran tirada ("Código da Vinci",
"la Catedral del mar", "María Magdalena", etc.).


 


           
Los personajes son estereotipos de la concepción de
héroe-villano. Hay "buenos" muy buenos: valientes, leales,
nobles, heroicos. Y otros "malos" muy malos, sin posibilidad de
redención: villanos, traidores, corruptos.  Ha ampliado el número de personajes
que aparecen en "Los pilares de la tierra". Ha incluido cuatro
protagonistas: Merthin, carpintero; Caris, amada del anterior y que quiere ser médico;
Ralph, cruel hermano de Merthin que quiere ser
caballero; y Gwenda, amiga de Caris
y campesina. A su vez están relacionados entre sí y junto a otros
son veinte los personajes importantes en el desarrollo de la trama. Esto hace que
los encuentros amorosos y sus frutos dificulten saber quién es hijo de
quién. En este sentido, el sexo explícito supera al de "Los
Pilares de la Tierra". Ni qué decir tiene que es innecesario para
el desarrollo del argumento.


 


            Proporciona
conocimientos históricos al lector, aunque edulcorados. Se nota que ha
realizado un estudio sobre vida tal cual podría ser en el
siglo XIV. Sin embargo no alude a la influencia de la vida europea de este
siglo, toda la acción transcurre en Kingsbridge
y sus alrededores. Los protagonistas tienen reflexiones propias del siglo XX.
Así Caris, la protagonista decide que
será médico, en una época de la historia en que la mujer
vivía primero preparándose y después poniendo en
práctica lo aprendido para el matrimonio. El lenguaje es
contemporáneo, no aparece el latín, ni otros extranjerismos de la época. En
este siglo la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra
determinó esta época de la historia, pero el autor no la
contempla.


 


Se trata el
descubrimiento de los enigmas y fraudes de la Iglesia Católica.
Se intenta argumentar desde situaciones seguramente reales,
pero no mayoritarias, un laicismo radical. Comienza el libro describiendo una
escena en que el viento apaga las velas en la Catedral, "en ese instante
dos monjes aprovechan a besarse sin que nadie les vea, mientras otro acaricia a
una mujer". De este modo se llega a la conclusión de que la
Iglesia es un invento humano, y se manifiesta en que los hombres que pertenecen
a ella y la dirigen han sido los protagonistas de los mayores pecados para
conseguir el poder. No aparece ningún eclesiástico ejemplar. Los
que aparecen como fieles seguidores de la doctrina Católica
no son sino rancios segundones de las familias que tienen fe en sí
mismos y un voluntarismo más fuerte que la razón. El
hombre es capaz de todo con la única ayuda de la razón para
discernir lo que le conviene y el esfuerzo para conseguirlo.


 


El libro es un
tópico por el tema, los personajes y el desarrollo. El final de la
historia, "pastelón" y previsible,  se puede adivinar antes de terminar los
ocho primeros capítulos.


             


A los que les
ha gustado sólo dan una razón, es "buenísimo".
Esta es la frase más empleada en la sociedad del "pan y
circo", comer y pasarlo bien. Si la literatura no sirve para hacer
reflexionar o aportar a la persona, vámonos todos al cine a ver
aventuras, que no cuesta esfuerzo y es muy entretenido.


 


 


Almudena Jiménez


 


Más información


 


Follet,
K (2007) Un mundo sin
fin
, Barcelona, Plaza Janés


Follet,
K (2000) Los pilares de
la tierra
, Barcelona, Plaza Janés