Celia Gálvez, que ha dejado de ser niña y con 15 años tiene que ocuparse de su familia y ser testigo de la Guerra Civil. En 1936 han fusilado a su abuelo y ella, con sus hermanas Teresina y Mila, la fiel Valeriana y su padre enfermo se refugia en Madrid. Las dos pequeñas son evacuadas a una colonia infantil pero Celia permanece en la capital desde donde cuenta los horrores de la guerra.